El agujero de la Junta

03 de julio 2025 - 03:09

Juanma Moreno ha dicho en unas declaraciones recientes que no está satisfecho de cómo marchan las cosas en la sanidad pública andaluza. Lo ha dicho como dicen estas cosas los políticos, recalcando lo mucho que, según él, se ha mejorado en los últimos años y la enormidad que han invertido sus gobiernos en relación con lo poco que lo hicieron los socialistas, pero admitiendo que queda mucho por hacer y que entiende que los ciudadanos no estén satisfechos y le pidan cuenta por ello.

Hay que reconocer que no todos los días se escucha decir a un gobernante, aunque sea en pasiva, que hay un agujero en la principal política a la que tiene que dedicar sus esfuerzos. La sanidad es, con diferencia, el más cuantioso capítulo de sus presupuestos y el área de gestión que más incidencia tiene en la vida diaria de los andaluces. El hecho de que se admita que siguen existiendo, siete años después del cambio de gobierno, enormes agujeros es una muestra de realismo político.

Pero, sobre todo, es el reconocimiento de que en política sanitaria no se están haciendo cosas muy diferentes de las que hicieron los socialistas durante las décadas que gobernaron. Las acusaciones de que el sistema se está dejando en manos de operadores privados es más un eslogan de lucha política que una realidad que vivan los usuarios. Y es también la constatación de que estamos ante un problema sin solución porque es imposible acomodar la oferta a la demanda, ni tan siquiera aproximarlas. Los recursos con los que va a contar Andalucía para gestionar su sanidad van a ser siempre limitados y la demanda no dejará nunca de crecer.

No quiere decir ello que las cosas no se puedan hacer mejor, siempre que las disponibilidades financieras existan y que se extreme la calidad en la dirección política y profesional. No parece que ni lo uno ni lo otro esté ocurriendo en Andalucía. El baile de equipos al frente de la Consejería de Salud y del Servicio Andaluz de Salud y las tensiones con las que los cambios se han producido revelan que los responsables han estado lejos de los niveles de eficacia que cabría exigirles. La sanidad pública no será nunca perfecta, pero los andaluces tienen derecho a exigir mejoras que por lo menos la acerquen a lo que debería ser.

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