Nadie en su sano juicio entiende hoy por hoy que los centros de salud, lo que es la Atención Primaria, siga cerrada a cal y canto en la provincia de Almería y el resto de Andalucía. Cuando toda España está trabajando, cuando incluso los niños vuelven al colegio todos juntos con una ratio de 25 personas en clase además del maestro, cuando no hay ningún servicio prioritario que está escondido en la trinchera..., los médicos de Atención Primaria siguen con las consultas telefónicas, las urgencias excesivamente limitadas, sin abrir por las tardes y sin coger el teléfono. Y esto en plena pandemia sanitaria, cuando los primeros que debería estar dando la talla son ellos, como una forma, además, de apoyo a esos compañeros sanitarios de los hospitales, de las urgencias, de las plantas y de las UCI que se están dejando la piel al frente de una guerra que nos cogió por sorpresa y que no da tregua. Nadie en su sano juicio lo entiende, porque nadie en este país está parado. Los farmacéuticos son los grandes olvidados en esta batalla, pero siempre han estado ahí, en el frente y sin esconderse.