España a oscuras

05 de mayo 2025 - 03:09

Mejor ser pobre que mentiroso” dice el Libro de los Proverbios (19,22). El Psoe nunca hace autocrítica. Todo lo resuelve echando siempre la culpa de todo a la derecha, la extrema derecha y a las empresas privadas, nunca a los estómagos agradecidos de las puertas giratorias. Sectarismo a tope. Y lo grave es que hay gente que todavía les avala el discurso. Son unos auténticos maestros en eso, en crear un ficticio relato a conveniencia y venderlo.

La presunción de criminalidad de las inundaciones de Valencia y del gran apagón eléctrico procede de la misma agenda ideológica del Gobierno de la Nación en manos comunistas e independentistas de izquierdas. Porque hay un cierto parecido entre las inundaciones por la Dana el 29 de octubre en Valencia y el apagón eléctrico del 28 de abril en toda la Península.

Pedro Sánchez sabe de sobra que ambos acontecimientos son la consecuencia natural de su política energética y medioambiental, puesta en práctica bajo la dirección de la no menos sectaria y soberbia Teresa Ribera, que en premio a su pésima gobernanza está de Vicepresidenta de la Comisión Europea. En ambos casos por exceso de aportación imprevista de fluido eléctrico en el apagón, o de agua en Valencia, a las insuficientes redes de canalización.

En el apagón eléctrico, según los diagnósticos técnicos, porque el equilibrio de la fluctuación entre la producción eléctrica y el consumo se descontrola por el sistema no regulable de las nuevas fuentes de energía propiciadas por el Gobierno. Así, cuando hay un exceso de entrada sin igualdad de salida, la Red se bloquea porque si no explotaría. El Gobierno de la Nación es el mayor accionista de Red Eléctrica Española y la responsable del mantenimiento de esta Red que lleva años presidiendo la exministra socialista Beatriz Corredor.

Igual pasó con las lluvias torrenciales en Valencia. Si los canales de recogida no son suficientes, no se han efectuado las obras previstas y no tienen la debida salida al mar, vienen las inundaciones. El Gobierno lo sabía y no hizo las obras necesarias para evitarlo, ni tampoco para socorrer a la población el día y noche de la catástrofe. Pero la soberbia, el ego y el sectarismo político de Pedro Sánchez jamás reconocerán su gran equivocación, sin entrar en los comportamientos del Gobierno en las demás catástrofes ocurridas en España desde que Pedro Sánchez asumió la Presidencia. En fin, para el relato son unos ingeniosos, para la gestión pública un desastre.

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