Porque todo no vale

Ya está bien de tanta cesión ignominiosa en aras a desestructurar el proyecto de la Transición

Es muy grave que el presidente de todos los españoles reforme el Código Penal por orden de los que quieren romper el Estado y obedeciendo únicamente a su interés personal. La unidad y el interés general de España están por encima de todo. La aprobación de unos presupuestos, ni la permanencia en el poder, pueden ser el resultado de un trueque político que pongan en peligro, aún más, la estabilidad institucional de todo un país. No se puede ahora premiar a quienes dieron un golpe de Estado o, incluso, a quienes en un futuro mediato vuelvan a realizar actos de involución frente al orden constitucional con desórdenes agravados, cuando lo que realmente son delitos de sedición, cuyas penas por este ilícito penal no puede aminorarse, sino, al contrario, aumentarse para evitar cualquier tentativa de gentes independentistas que no promueven el respeto a todos los españoles en los valores derivados de un Estado de Derecho. ¡Ni un paso más atrás! Ya está bien de tanta cesión ignominiosa en aras a desestructurar el proyecto político de convivencia democrática que se dieron los hombres y mujeres durante la Transición política y que tuvo su cenit con el referéndum y la promulgación por la Jefatura de la Corona de la Constitución española de 1978, que significó caminar juntos hacia una sociedad democrática avanzada. Pero no todo vale. Y ya no hay margen para seguir penitencialmente silenciosos. Porque ha quedado claro que mirar a otro lado con humildad franciscana sólo ha servido para ceder terreno. Ahora bien, contestar a esta corriente maoísta beligerante no será tarea fácil sin la unidad del electorado suficiente para atajar tantas leyes que están produciendo antagonismos decimonónicos irascibles de falta de consideración a la verdad histórica y presente, y al conjunto de nuestras convicciones y valores basados en el humanismo cristiano. Es necesario construir en una unidad de acción una respuesta sólida, inequívoca, desacomplejada, basada en esos mismos fundamentos que están siendo atacados y de cuyo debilitamiento proviene esta crisis social y económica. Una respuesta que sirva para desmontar los argumentos relativistas de la ingeniería marxista e independentista y plantear una verdadera alternativa en la Carrera de San Jerónimo, recuperando los cimientos constitucionales de la Vida, la Verdad, la Dignidad de la Persona y la Familia, la Libertad -de Expresión, de Educación y Religiosa-, España como Nación y la Corona.

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