Sombrilla, crema solar y mascarilla

Llegó Julio y con él el temido calor. Las temperaturas siguen su curso y modificación adaptándose al nuevo periodo estival. Acabamos de comenzar un verano diferente, pero verano. Estamos viviendo una normalidad disfrazada y protegida con un nuevo complemento que ha entrado en nuestras vidas y se ha convertido en un aliado para combatir y protegernos del temido coronavirus.

Las mascarillas ya forman parte de nuestro día a día. Las tiendas visten a sus maniquíes y llevan incorporada su mascarilla recordándonos a todos la triste realidad que estamos viviendo.

Como un complemento más, vemos mascarillas de todos los estilos: autofiltrantes FFP2, FFP3, N95, de tela, de todos los colores, con distintos dibujos y logotipos.

Todas persiguen un fin, protegernos y proteger a las personas que están a nuestro alrededor.

Pasamos por la calle y en ocasiones no distinguimos a las personas que nos saludan. Su presencia acompañada de las recomendadas gafas de sol produce un efecto de camuflaje que casi siempre se convierte en un juego de adivinanzas para conseguir saber a quién corresponde ese saludo camuflado y protegido a la vez.

Es importantísimo hacer caso a las recomendaciones que nos están haciendo, hay que utilizar las mascarillas, ponérselas y no llevarlas estilo llavero o goma del pelo.

Produce miedo y rabia cuando en la calle vemos a personas que viven una realidad muy distinta a la que estamos viviendo, pasan de llevar mascarillas, parece que el problema no va con ellos.

También produce impotencia cuando vemos mascarillas tiradas en las calles, en el mar, etc. Ahora, son los nuevos residuos, contaminando nuestro entorno y haciendo un daño a nuestro medio ambiente, a nuestra salud.

Tenemos que remar todos para conseguir parar esta pandemia utilizando las mascarillas pero no provocando un nuevo problema ambiental.

Las mascarillas camuflan también nuestros estados de ánimo. La tristeza y la alegría quedan ocultas quedándose arrinconadas en esta tela necesaria para vivir.

La pobreza tiene que protegerse de esta pandemia, pero la escasez de dinero a veces hace que veamos por la calle a mendigos protegidos por bolsas de basura o pañuelos.

Esto no tendría que verse jamás. La salud es la prioridad hoy en día y las mascarillas tendrían que ser accesibles para todos los ciudadanos.

La sombrilla y la crema solar se han convertido en las amigas de nuestras mascarillas. Forman el mejor equipo y no podemos olvidarnos de momento de ellas.

A todo el mundo le pido que piense en la vida, que se proteja, que protejamos a los demás, que pensemos en todas las víctimas de este COVID-19, porque un mundo concienciado es el mejor aliado en la lucha contra este virus para poder llegar a la meta gritando todos juntos : Feliz destino, adios coronavirus, tu muerte es la curación de nuestro mundo