Tribuna

José María Martínez de Haro

Escritor y periodista

A la Virgen del Carmen

A la Virgen del Carmen

A la Virgen del Carmen

Como conocen algunos lectores, yo nací en Garrucha, un privilegio reservado para algunos exquisitos. Es por ello que me dirijo a la Patrona de Garrucha el día de su exaltación. Hoy dieciséis de julio será un día en el que los hijos e hijas de Garrucha miramos a la mar y elevamos una mirada a la Virgen Coronada de estrellas. Desde niño conocí esa devoción innata de mi pueblo. Conocí la angustia y el miedo de aquellas madres y esposas de pescadores mirando la mar hasta el horizonte esperando ver la silueta de aquel barco que luchaba contra el viento y la mar brava en noches de levante. En aquellas miradas la súplica a la Virgen del Carmen para que guiara a puerto a los pescadores. Garrucha es un pueblo de pescadores que dieron carácter y singularidad a este pueblo. Es cierto que la flota ha disminuido y que la profesión de pescador esta menguando entre los jóvenes, pero el corazón de Garrucha late en el puerto y sigue mirado a la mar. Nos levantamos junto al mar, nos acostamos escuchando la mar, tenemos la mar dentro de nosotros y eso nos permite una dimensión distinta porque mirando al mar se abre el alma y se abarca el infinito. El mar es un camino universal sin fronteras y desde estas playas muchos garrucheros llegaron a países muy lejanos llevando su corazón prendido en su Patrona, la Virgen del Carmen.

Voy a retroceder en el tiempo. Esta devoción se remonta a tiempos muy lejanos cuando en estas playas había un pequeño asentamiento de pescadores. Unas casitas blancas y unas barcas varadas en la playa. Desde el río Almanzora hasta el río Aguas era una sola playa inmensa de buena arena. Y los pescadores salían a mar sin puerto ni refugio. Con mucho esfuerzo volvían a tierra y varaban a diario sus barcas para de madrugada volverlas a sacar a la mar para ir a pescar. El peligro era considerable porque en aquellos tiempos lejanos no había instrumentos de navegación, salían a remo y a vela porque no había motores para los barcos. Los inviernos eran muy duros y había grandes temporales con vientos de levante y olas enormes. Aquellos valientes pescadores no tenían donde protegerse y temían que la olas hundieran sus humildes embarcaciones o que las arrastrara mar adentro. El peligro para sus vidas era enorme y ellos mitigaban sus miedos mirando al cielo y elevando sus plegarias a la Virgen del Carmen para que les protegiera.

En aquellos años junto a la sufrida vida de los pescadores, Garrucha conoció tiempos de prosperidad minera e industrial, pero no tenía puerto. Los peligros de la actividad de embarque y desembarque de mercancías en barcas a remo hasta la playa, los fuertes vientos de levante causaban naufragios y a veces ahogamientos. Armadores y comerciantes impulsaron la creación en 1.887 de la Sociedad de Salvamento de Náufragos. Se construyó el edificio en el Malecón, junto al mar que después fue el Pósito de Pescadores y se organizaron los elementos necesarios para el salvamento de náufragos. Allí en salón que mira el mar había una pequeña imagen de la Virgen del Carmen dentro de una capillita de madera bajo la cual había una concha de plata que contenía agua de la mar bendecida cada 16 de julio. Se dice que aquella pequeña imagen de la Virgen fue donada por un marinero de Garrucha que salvó la vida en la guerra de Cuba. La devoción popular quedó patente en años de escasez por la voluntad y la generosidad de los pescadores de Garrucha que representados por la Cofradía de Pescadores compraron la imagen de la Virgen del Carmen que ahora se encuentra en la Lonja del Pescado.

Mucho antes que se construyera la Iglesia parroquial. Los pescadores, con sus pobres ingresos, fueron aportando poco a poco para levantar en 1.804 un pequeño oratorio que le llamaron Ermita de Nuestra Señora del Mar. Según relato de los más ancianos, había un viejo timón de madera con una talla de la Virgen del Carmen que estaba en el altar de aquella pequeña Ermita. Se mantuvo esta devoción de los garrucheros y animados por la Cofradía de Pescadores, el Comandante de Marina y el Ayuntamiento de Garrucha juntos acordaron que la parroquia solicitara que se reconociera la condición de Patrona de Garrucha a la Virgen del Carmen el 13 de abril de 1.951 el Papa Pío XII concedió este reconocimiento y desde aquel año la Virgen del Carmen es canónicamente Patrona de Garrucha.

Como arraigada tradición, las procesiones marineras se sucedían cada año y el 16 de julio los barcos de pesca engalanados con banderolas y guirnaldas sacaban en procesión a la Virgen para que bendijera las aguas. Recuerdo cuando era niño embarcarme junto a mis hermanos y amigos saliendo en procesión con la emoción de acompañar a la Virgen. El pueblo bullía, las gentes apretujadas en el Malecón, la banda de música, los cohetes y las luces de fiesta daban un aire alegre e inolvidable. Ver salir a la Virgen engalanada de flores portada por marineros y pescadores causaba gran emoción. Una emoción que no se ha extinguido y que años tras años se repite en esta fecha solemne.

¿Por qué la Virgen del Carmen? La Iglesia católica reconoce otras muchas advocaciones a la Virgen María, pero entre todas, la Virgen del Carmen es la Reina y Señora de los mares. En España los pueblos de la costa y algunos del interior la coronaron como su Patrona y la celebran en procesiones marineras como la de hoy en tantos pueblos y ciudades de España. Asimismo, con fecha 19 de abril de 1901 se declaró Patrona de la Marina de Guerra española a la Santísima Virgen del Carmen, devoción que viene manifestándose desde tiempos inmemoriales por todos los pescadores, navegantes y miembros de la Armada y de la marina mercante española. Años más tarde, el 10 de agosto de 1.955 se conceden honores militares de Capitán General de la Armada a la Santísima Virgen del Carmen con Fajín de Almirante de la Flota .

Hoy es un día solemne, la procesión marinera con la Virgen a bordo de un pesquero hará que Garrucha grite desde lo más hondo: ¡Viva la Virgen del Carmen! Y yo estaré como cada año conteniendo lágrimas en tantas emociones y recuerdos que han marcado mi vida. Como algunos sabéis, vivo en Madrid, pero mi corazón sigue y seguirá anclado en mi pueblo y en la devoción a la Virgen Marinera. Y por ello quiero hacer una especial mención a los pescadores y marineros que naufragaron, a los que día tras día arriesgan sus vidas en las faenas del mar, a los que ya no están entre nosotros.

Donde acaba la tierra y comienza la mar está Garrucha, recostada sobre una suave colina que llega a besar la orilla del mar. Estos luminosos días de julio el pueblo se engalana para festejar a su Virgen Marinera. Permitidme como garruchero unos versos míos:

Virgen de Carmen, Señora /De los cielos y los mares/La que vigila las noches/ La que domina los vientos/Nuestra esperanza y consuelo/ Con corona de luceros. / Bendice las aguas, Madre/ Pon tu mano en el timón/ De los barcos de mi pueblo/ Que eres la Gran Capitana/ El faro de los veleros/ la Virgen de los Amores/Madre de los garrucheros.

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