Tribuna

Francisco José Hidalgo Guerrero

Doctor en Filología Hispánica

La lectura digital

Un usuario utilizando un e-reader Un usuario utilizando un e-reader

Un usuario utilizando un e-reader

De La Real Academia Española de la Lengua en la primera y tercera acepción del verbo "leer" alude, por una parte, "al acto de pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados", y por otra "entender o interpretar un texto de determinado modo". La definición engloba dos consideraciones: el hecho de utilizar la visión y comprender los caracteres (letras, números, símbolos, etc.), y la posterior interpretación del texto impreso. En esta definición solo se circunscriben los textos escritos o impresos, lo que supone la tenencia de un texto físico compuesto por páginas de papel y de una materia pigmentaria que resista el paso del tiempo.

Leer es el proceso por el que se percibe, no solo con la vista, sino también con el tacto, y se comprende lo escrito. Reducir el proceso lector al acto de lectura de un libro impreso, no deja hoy día de ser solo un formato más, considerando que en la actualidad podemos hacer uso de dispositivos electrónicos para tal fin.

Por lo tanto, los procesos de recepción-percepción y comprensión son elementos imprescindibles de todo acto lector que conducen a la interpretación textual.

La era digital, los avances técnicos, el uso y aplicación de la informática a la vida cotidiana están modificando nuestro acercamiento al hecho lector. La lectura analógica, esto es, la lectura en texto impreso, ha dado paso al medio digital.

La lectura digital o lectura en digital supone una práctica lectora que requiere un cambio de soporte, esto es, del papel a una pantalla digital.

Un libro digital o e-book es un texto almacenado en formato digital. Para su lectura es necesario software o programas específicos. Un lector digital es un dispositivo electrónico que le permite almacenar y leer libros en formato digital. En este sentido, diversos son los dispositivos que se utilizan para su lectura: un ordenador personal, los teléfonos móviles, Tablet, o los denominados e-book reader que utilizan tinta electrónica. Los contenidos que se pueden visualizar no se limitan al textual, sino que, además, pueden incluir elementos audiovisuales. De ahí que el proceso comunicativo digital requiera de todos los sentidos, no solo de la visión y tacto, sino también del oído.

La lectura en digital requiere de la interacción del lector con la pantalla. Dicha interacción será distinta dependiendo tanto del dispositivo como por el software que se use para su lectura. Este nuevo modo de leer supone considerar el libro digital como hipertexto. El lector tiene la capacidad de tomar la iniciativa al encontrarse con el libro y construir el decurso de la lectura según sus gustos o interés. A la vista de los avances que plantea la actual ciencia informática y sus aplicaciones en el ámbito de la lectura, se hace necesaria una reforma o mejora en la definición que la Real Academia Española de la Lengua Española ofrece en su diccionario en relación con el verbo "leer", ya que no incluye en ninguna de sus distintas acepciones el hecho por el cual leer puede llevarse a cabo con el tacto, y menos aún, y es lo que nos atiende en esta reflexión, alude a la lectura en formato digital, ya que solo leer implica, según la Academia, leer en un libro de papel.

El libro digital supone un nuevo paradigma tanto en la producción textual como en la recepción del mismo. Se abren nuevos horizontes en la industria comercial del libro ya que tanto la fabricación como la distribución, pasan a ser conceptos anacrónicos que dan paso al desarrollo informático del libro y a la venta por Internet. Hoy día ya es posible adquirir un libro a cualquier hora del día, los siete días de la semana y trescientos sesenta y cinco días al año. Solo se necesita un dispositivo electrónico, una conexión a Internet y un programa o aplicación que pueda interpretar el código en el que está escrito para poder ser visualizado en pantalla digital.

Escribir y hablar son actividades productivas del ser humano, que se corresponden con las actividades receptivas leer y escuchar. Por ello, una persona escribirá mejor o hablará mejor, o al menos con más propiedad, en la medida en que mejore su comprensión y competencia lectoras. El libro digital tiene ese reto, ser un elemento colaborador para la consecución de ese fin.

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