Tribuna

Juan José García

Coronel retirado y experto en Inteligencia Económica y Competitiva

¿Está en peligro la Unión Europea?

En medio del complejo panorama que presenta el mundo actual y los enemigos internos y externos de la UE, es fácil dejarse llevar por los cantos de sirena externos

¿Está en peligro la Unión Europea? ¿Está en peligro la Unión Europea?

¿Está en peligro la Unión Europea?

LAS naciones soberanas del pasado ya no pueden resolver los problemas del presente, no pueden garantizar su propio progreso, ni controlar su propio futuro" Jean Monet.

La cita anterior corresponde a uno de los padres de Europa y fue hecha a mediados del siglo pasado, pero vista con ojos de hoy es totalmente actual y muchas veces no somos conscientes de ello. La pertenencia de España a la Unión Europea (UE) desde hace más de tres décadas hace que demos por sentada una situación que se nos presenta con ventajas e inconvenientes, pero que los españoles, bastante europeístas en general, vemos como algo bueno, garantizado y que siempre va a estar ahí. ¿Pero es acertada esa percepción?

La UE nació en su origen como un instrumento para curar las heridas de dos guerras mundiales en territorio europeo en el espacio de pocos años y como la base para que no se volvieran a producir episodios tan trágicos. También como una comunidad económica que posteriormente se fue transformando hasta nuestros días en una unión política.

Recuerdo una intervención a finales del siglo pasado de un importante representante de la UE en la que se le preguntó el porqué de tantas ampliaciones a los países del este, antes de que se hubiera afianzado la UE con unas bases sólidas, y su respuesta fue que prevalecía el principio de unión para evitar las diferencias que habían provocado el caos en el pasado. Cuando ha habido alguna crisis importante, como la económica de 2008, se ha puesto de manifiesto que una UE con unas estructuras poco consolidadas tiene una capacidad de respuesta muy limitada y salen a relucir las diferencias entre países del norte y del sur o con los del este. Muchos analistas han hecho en esos momentos referencia al fantasma de la desaparición de la UE, precisamente porque se veía que no era capaz de dar respuesta a situaciones que le afectaban gravemente.

En una conferencia pronunciada en el momento álgido de la crisis económica por un miembro de la Comisión de la UE en un prestigioso think tank británico a la que tuve la oportunidad de asistir, respondiendo a una pregunta que ponía en duda el futuro de la UE el conferenciante respondió: no teman, la UE siempre ha salido fortalecida de las crisis. En ese caso, al menos, tuvo razón.

Es verdad que ante situaciones tan comprometidas como la crisis económica o la de la inmigración, la UE siempre ha encontrado soluciones para sobrevivir. El ponente de la conferencia de Londres seguramente diría en estos momentos que la UE también saldrá fortalecida de la crisis actual del coronavirus.

Sin embargo, ante retos como los descritos siempre surgen las dudas otra vez y podemos utilizar el viejo refrán de "tanto va el cántaro a la fuente….". ¿Por qué ocurre eso?

En primer lugar, porque los países siguen primando un equilibrio entre su soberanía y las competencias cedidas a la UE, de forma que la "unión" lo es sólo en algunos aspectos y los mecanismos de funcionamiento han sido acordados para que sea así. Sin los mecanismos necesarios es muy difícil alcanzar el nivel de respuesta y de interlocución que algunos desafíos actuales requieren; por eso ante crisis importantes salen a relucir los puntos débiles.

A todas las crisis internas hay que unir la influencia de otros problemas externos. En las disputas mundiales los contendientes en cada caso no quieren que la capacidad de actuación de la UE sea muy grande y por eso tratan de debilitarla para que sea más influenciable (divide y vencerás). Esa estrategia de influencia externa se pone de manifiesto con la implantación de la tecnología del 5G, la política energética, la inmigración, el BREXIT, etc. En medio del complejo panorama que presenta el mundo actual y los enemigos internos y externos de la UE, es fácil dejarse llevar por los cantos de sirena externos, que solo persiguen sus intereses y uno de ellos es debilitar a sus rivales. Si los enemigos de la UE consiguieran que finalmente ésta sucumbiera, éstos habrían vencido y el precio a pagar por nuestra parte sería muy alto.

Precisamente por la complejidad y el constante cambio del mundo que nos rodea, a los ciudadanos europeos muchas veces se nos olvida el origen y objetivo fundamental de la UE, los primeros a muchos de nuestros líderes. Merece la pena no perderlo de vista.

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