La matanza, una tradición que perdura en Alhama
El Ayuntamiento celebra hoy la recreación de esta tradición en el patio del antiguo colegio con la elaboración de embutidos, exposición de utensilios y varios stands
La matanza del cerdo es una de las fiestas tradicionales más arraigadas en los pueblos. En este tipo de reuniones populares nunca pueden faltar elementos comunes que unen tanto a los habitantes del lugar como a los visitantes y que no pueden ser otros que el condumio y la bebida. En este caso, el cerdo es el protagonista de la fiesta que se celebra siempre en los meses fríos del año, con más tradición en la parte oeste de la península, que en el resto de España.
Hoy día en la comarca del Andarax, no se sigue esta tradición, pero el año pasado, el Ayuntamiento de Alhama de Almería apostó por su recuperación con el objetivo de que esta fiesta social y cultural tan notoria y arraigada entre muchos alhameños no sea olvidada y sea heredada por las nuevas generaciones.
De esta forma, el patio del antiguo colegio se convertirá hoy en el punto de encuentro de los amantes de esta tradición dentro de la II Recuperación de traciones populares. Allí se instalarán carpas que acogerán los distintos stands de artesanía y carnicerías. Además habrás colchonetas hinchables para las actividades infantiles y en un escenario que se va a habilitar se llevarán a cabo diferentes actuaciones.
“El espectacular éxito de esta recuperación de tradiciones populares, radica en la implicación y colaboración de gran parte de los puestos de la Plaza de Abastos del municipio y alrededores, en la que se encuentran productos agroalimentarios y de artesanía, con la finalidad de transmitir la realización de oficios de siempre, para que no caigan en el olvido”, explica el regidor de la localidad, Cristóbal Rodríguez.
Cristóbal Rodríguez, alcalde de Alhama
"El espectacular éxito de esta recuperación de tradiciones populares, radica en la implicación y colaboración de gran parte de los puestos de la Plaza de Abastos del municipio y alrededores"
Las actividades darán comienzo a las 11:00 horas con la apertura del mercadillo agroalimentario y de Artesanía. A las 12:00 horas tendrá lugar el ecendido del chisco y la apertura del stand de establecimientos hosteleros. A partir de las 13:00 horas habrá juegos y actividades infantiles con la instalación de colchonetas hinchables y animación infantil.
El plato fuerte llegará justo a la hora del almuerzo. A partir de las 14:00 horas se realizará una representación de la matanza tradicional del cerdo, la elaboración de embutidos y la exposición de los utensilios que se han utilizado durante décadas para esta tradición.
Para amenizar la fiesta, el Ayuntamiento ha preparado la actuación del Grupo Musical “Noches de Candela” a partir de las 15:00 horas y para la clausura de esta II Recuperación de tradciones populares, a las 18:00 horas tendrá lugar la actuación del Grupo de Baile de Flamenco, Gimnasio Atlas.
Para esta segunda edición, colaboran junto al Ayuntamiento, organizador del evento, diferentes carnicerías de la localidad como son Cárnicas Rodríguez, Carnicería Amalia, Cárnicas La Pilarica y Sabores Orientales.
Rodríguez señala que “para la conservación de esta identidad, tiramos como hilo conductor de la denominación 'Recuperación de Tradiciones Populares', definiéndola como un certamen que se celebrará el día 7 de abril (por hoy) en el que se conjugarán todas las actividades que en su día dieron lugar a una matanza tradicional”.
Como ya sucediese en la edición anterior, que tuvo lugar en la plaza del Ayuntamiento, se espera una alta participación vecinal.
Un ritual laborioso que reúne a toda la familia
La matanza tradicional se realizaba al llegar el frio, durante los meses de diciembre y enero. Todo comenzaba con el sacrificio del cerdo a cargo del matarife, que era el encargado de dar muerte al animal y su despiece. Lo primero que se aprovechaba del animal era la sangre que se utiliza para hacer las morcillas. Las mujeres, por regla general, eran las encargadas de esta tradicional tarea que consistía en remover ésta constantemente, ya que si se enfriaba, podía llegar a coagular. Más adelante se le añadía el resto de ingredientes para embutirla. A continuación se chamuscaba la piel para eliminar el pelo y se lavaba con agua hirviendo para proceder al ritual del despiece. El trabajo no solo era los días de la matanza sino que antes comenzaban todos los preparativos y después venia la salazón de jamones, “freír la matanza”, etc. Los preparativos comenzaban días antes ya que era una fiesta que reunía a toda la familia, y había que prepararlo todo para llevar a cabo las diferentes tareas y elaboración de embutidos: comprar especias, sacar los lebrillos y barreños para lavarlos, lavar calderos, etc.
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