Níjar

La Hermandad de Nuestra Señora del Rosario, para Semana Santa

  • La aprobación “inminente” de los Estatutos por el Obispado es el trámite que separa a la Patrona de Huebro de su futura Hermandad.

La Hermandad de Nuestra Senora del Rosario, de Huebro, patrona de esta barriada, donde se registró el primer asentamiento de Níjar, será una realidad en las próximas semanas. La aprobación de sus Estatutos por parte del Obispado de Almería es “inminente” y sitúa en “esta próxima Semana Santa” el inicio de su actividad, según las estimaciones de sus promotores a Diario de Almería. La Parroquia de la Villa de Níjar pasará a tener dos Hermandades: la de Santa María de la Anunciación y la de Huebro.

La aprobación estatutaria es el último trámite que separa a esta futura Hermandad de alcanzar su oficialidad. “Los Estatutos están presentados en el Obispado desde marzo de 2019 y su aprobación es inminente”, según ha adelantado a este rotativo José Rodríguez Bonilla, párroco de la Villa de Níjar y administrador de la parroquía de Huebro, desde agosto de 2014 cuando fue designado por el Obispo de Almería, Adolfo González Montes.

Por Hermandades se entienden las agrupaciones religiosas que comparten principios y un fin común. Los objetivos de la que se ha constituido en Huebro pasan por “potenciar el culto a la Virgen del Rosario, su cuidado y conservación y todo lo que rodea la imagen” explica Rodríguez Bonilla a este periódico.

Estos Estatutos, inspirados en los que sirven de marco al Obispado Diocesano, recogen la composición de la nueva Hermandad, su Junta de Gobierno, su Hermano Mayor y Camarera Mayor, que se encargará de los enseres de la Virgen del Rosario.

El número de miembros de su Junta de Gobierno será de “una veintena”, según Rodríguez Bonilla. Como quiera que la población de Huebro, de lunes a viernes, se limita a “siete personas”, el resto llegará desde la Villa y de otras zonas de la comarca. Huebro alcanzó en 2017 su techo poblacional con 33 vecinos. Su censo al 1 de enero de 2019 fue de seis nombres menos. Las visitas de cicloturistas, senderistas y aficionados a la comida casera, en el único bar del pueblo, agitan su habitual y casi proverbial tranquilidad durante los fines de semana.

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