Vícar

El Patrimonio Histórico Andaluz incluirá la Tercia de Vicar en su catálogo

  • La Junta ha abierto el procedimiento para su inscripción l En 1976, el edificio fue rehabilitado como vivienda particular

La Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental de la Junta ha abierto el procedimiento para la inscripción, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como bienes de catalogación general, de manera colectiva, de la Tercia de Vícar, además de un pósito en Huércal Overa y otra tercia en Vélez Rubio.

Por medio de esta resolucíón, esta Dirección General hace saber a los propietarios, titulares de derechos y simples poseedores de los bienes, que tienen el deber de conservarlos, mantenerlos y custodiarlos, para que se garantice la salvaguarda de sus valores. Asimismo, deberán permitir su inspección por las personas y órganos competentes de la Junta, así como su estudio por las personas investigadoras acreditadas por la misma. Los propietarios, titulares de derechos y simples poseedores de los bienes han de comunicar a la Consejería competente en Patrimonio Histórico la realización de cualquier obra o intervención con carácter previo a las mismas.

Los edificios destinados a guardar lo obtenido por diezmos y tercias se llaman cillas y tercias, respectivamente. La construcción de estas edificaciones se generaliza a partir de la segunda mitad del siglo XVII y más en particular durante el siglo XVIII. Estos inmuebles surgen de la necesidad de gestionar el impuesto del diezmo de la Iglesia Católica. Tal y como se lee en el «Catálogo de Antiguas Edificaciones para Almacenamiento de Granos» son varios los textos legales del siglo XIV que recogen la general obligación de pagarse los diezmos, sobre el pan, vino y ganados, que con el tiempo se extendió a otros productos agrícolas como hortalizas, frutas, miel, cera.. Esta obligación persistió hasta que el diezmo fue abolido en el primer tercio del s. XIX.

El inmueble conocido como «El Granero» es testimonio del importante papel económico que tuvo la Iglesia en Vicar. En el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1752 se consigna una nutrida nómina de eclesiásticos en Vícar y sus alrededores, y un prolijo censo de tierras patrimoniales de la Iglesia.

El edificio se encuentra cercano al acceso al municipio, inmediato a la calle Real, eje del casco urbano, y muy próximo a la iglesia parroquial con la «casa del curato» adyacente a ella. Por su fábrica y las características formales cercanas a la reconstrucción de la iglesia y torreón de misiones defensivas, podría ser datado en el último tercio del siglo XVI. Erigido para una función específica, según revela su tipología de nave diáfana idónea para almacenaje, se utilizó como granero durante centurias y es posible que se utilizase de pósito local, algo común en los pueblos almerienses.

Se trata de un edificio sólido de regulares dimensiones en relación a las casas circundantes, con ausencia de elementos formales indicativos que lo asignen a un estilo determinado, aunque parece corresponder al siglo XVI. Tiene muros de mampostería de considerable espesor. Las esquinas, en su parte baja, están reforzadas con machones de sillería que se continúan con aparejo de ladrillo.

Los forjados son de vigas de madera y la cubierta de teja árabe y presenta dos alturas. La fachada principal cuenta con dos accesos en la planta baja y ventanas de diferentes tamaños en todas sus fachadas. Se encuentra coronado por una cornisa simple. Sus vanos son abocinados con terminación en medio punto vahído, a excepción de una de las ventanas y puerta secundaria a la izquierda de la fachada principal. El edificio fue rehabilitado en su integridad y su interior sufrió un vaciado completo para adaptarlo a vivienda particular en 1976. La fachada principal y las laterales están encaladas hasta media altura y deja a la vista los paramentos originales en el piso superior y fachada trasera.

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