Bajo Palio

Prendido ante la mirada de Almería

  • La Hermandad del Prendimiento volvió a levantar expectación en su salida procesional

Salida del Prendimiento de la Catedral de Almería / JAVIER GÁLVEZ

El Prendimiento, este Miércoles Santo en la plaza de la Catedral El Prendimiento, este Miércoles Santo en la plaza de la Catedral

El Prendimiento, este Miércoles Santo en la plaza de la Catedral / Rafael González (Almería)

Al que yo bese, ese es prendedle es la frase que se lleva escuchando en el seno de la Hermandad del Prendimiento desde que hace algunas fechas la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Pasión (Linares) anunciara una nueva obra dedicada a Jesús del Prendimiento.

La espera estaba a punto de acabarse. Eran las 18:15 horas y las puertas de la Catedral de la Encarnación se abrieron para que comenzara a salir el gran número de nazarenos, ataviados todos ellos con túnicas en color marfil, así como escapulario y antifaz azul.

El sol estaba posado sobre la capital almeriense, que esperaba impaciente el momento de visualizar las potencias de Jesús en su Prendimiento.

Todo estaba preparado. Almería observaba y, tras el magnífico trabajo de la cuadrilla de costaleros para poder liberar la puerta de salida, llegó el momento de que, en forma de notas musicales, la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Pasión deleitara a todos los presentes con ‘Al que yo bese’, en un claro mensaje de Judas a los ciudadanos de que el Prendimiento estaba, por fin, realizando una nueva estación de penitencia en la jornada de un Miércoles Santo.

La emoción era incalculable. Observar los primeros minutos de esta Hermandad en la calle es sinónimo de hacerlo rodeado de miles de almeriense, que, entre aplausos, reconocían el sentimiento que se trasladaba bajo las trabajaderas para poder conducir a su titular por las calles de la ciudad.

Por aquel entonces, los últimos huecos que quedaban en el lugar de salida habían desaparecido. Si se alzaba la mirada solo se veía gente y eso era una señal de que Jesús estaba siendo prendido ante la atenta mirada de todos.

Las lágrimas no dejaban de caer por el rostro. Lo que en un principio eran notas musicales se convirtieron en redobles de tambor al fondo, mientras que una voz rompía el silencio nervioso.“Vámonos de frente poco a poco”, exclamó Francisco Moreno poque el segundo de los pasos, el de Jesús Cautivo de Medinaceli, estaba ya en el dintel de la puerta.

Eran poco más de las 18:30 cuando ‘El Señor de Almería’ abandonó la Catedral de la Encarnación para volver a estar con los fieles que primero aplaudían y después congelaban sus emociones ante el transcurrir elegante de la imagen que salía de las gubias de Antonio Dubé de Luque en el año 1997. No cabía ninguna duda, Almería, que poco antes había sido testigo del Prendimiento, estaba cautiva bajo mirada del Medinaceli.

Tras el espectacular dorado del paso había un estreno en forma de sones musicales. En este sentido, a la vez que los costaleros avanzaban por la Plaza de la Catedral en dirección a la Calle Lope de Vega, la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de la Asunción de Jódar, conocedora de la Semana Santa de Almería por haber acompañado el pasado Lunes Santo a la Hermandad de Pasión, interpretaba las partituras.

Las manecillas del reloj seguían corriendo, pero nadie se marchaba del lugar. La gran cantidad de penitentes que formaban parte del cortejo hacían imposible que se escucharan los tambores del Prendimiento, que ya avanzaba en busca del Paseo de Almería.

Centenares de ‘prendidos’ terminaban de salir del templo y el cosquilleo regresaba en el momento exacto en el que aparecía la madre de todos los hermanos del Prendimiento: Nuestra Señora de la Merced.

Respeto en la calle y esfuerzo bajo el paso. Todo había que hacerlo con mucho mimo por la tremenda dificultad. Conforme el palio avanzaba daba la sensación de que la puerta se hacía cada vez más pequeña. Sin embargo, el esfuerzo certificó sus frutos cuando la Banda de Música Santa Cecilia de Sorbas tocó el Himno Nacional.

La Merced lucía preciosa en su paso, que iba adornado por claveles blancos y flor de cera. Además, una vez que ya pudo trabajarse con normalidad, la cuadrilla de costaleros, bajo el mando de Luis Pardo, movía que brillantez los varales para conseguir un movimiento dulce del techo de palio.

El Prendimiento al completo ya estaba en la calle. Esta Hermandad volvió a demostrar una buena forma de procesionar durante las más de cinco horas que estuvieron realizando su estación de penitencia.

El aroma de la primavera era una mezcla entre incienso y las flores que hacían más preciosos a los tres pasos de la Cofradía.

El sol se fue marchando y dejó paso a la noche que permitía observar las candelerías encendidas en la joranda del Miércoles Santo.

Todavía quedaba tiempo de disfrute para los hermanos que viven durante todo un año para acompañar a las imágenes de Jesús en su Prendimiento, Jesús Cautivo de Medinaceli y Nuestra Señora de la Merced.Sin detener la emoción derivada de su estación de penitencia, la Hermandad se recogió pasada la media noche y dio la bienvenida al Jueves Santo.

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