SEMANA SANTA

Las familias de Vera se reúnen para su tradicional Subida de Jesús

  • El Viernes Santo miles de veratenses se dieron cita en la ermita de San Ramón para acompañar al Nazareno a oír su sentencia

Pregón del Judío y Viernes Santo en Vera / V. VISIEDO P.

Puntual como un reloj suizo, a las 8:00 de la mañana del Viernes Santo salía de la ermita de San Ramón la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. En su subida la Plaza Mayor lo acompañaban cientos de veratenses que, con su mejor traje y en hilera por la calle La Plata y la calle Mayor, no faltan ni un solo año a la tradicional ‘Subida de Jesús’. Abuelos, padres e hijos se reúnen para ‘subir’ y escuchar el Pregón del Judío. Solo los varones. Las mujeres, observan desde las aceras y luego se dan cita con ellos en una plaza casi a rebosar.

Este año, como el anterior, la Legión también acompañó al Nazareno. Lo recibió en la Plaza Mayor al son del ‘Novio de la muerte’, antes de que ocupase su lugar frente a la iglesia, con la Virgen de las Angustias a su lado, frente al pueblo.

Hileras de hombres acompañando al Nazareno hasta la Plaza Mayor. Hileras de hombres acompañando al Nazareno hasta la Plaza Mayor.

Hileras de hombres acompañando al Nazareno hasta la Plaza Mayor. / V. Visiedo P.

Entonces, dos niños vestidos de ángel interpretan el Pregón del Ángel, tradición recuperada hace un par de años y que se había perdido a finales de los 50. Después, un soldado romano al que popularmente se le llama “el judío” recita con voz de pregonero la sentencia a muerte contra Jesús. “Esta es la justicia que manda hacer y obedecer el adelantado Poncio Pilato, presidente de la inferior Galilea”, comienza el texto que cualquier veratense se sabe casi de memoria.

Tras el pregón, que finaliza con el pregonero dedicándole una saeta al Nazareno, es tradición tomar un café (o una cerveza incluso) antes de volver a la calle La Plata para ver salir al resto de imágenes de la Hermandad de Jesús: el Lavatorio y la Piedad.

La Piedad a su paso por la Plaza Mayor. La Piedad a su paso por la Plaza Mayor.

La Piedad a su paso por la Plaza Mayor. / V. Visiedo P.

A pesar de que el cielo amaneció oscuro y que el viento arrastraba alguna gota de lluvia, la directiva de la hermandad decidió sacar sus pasos a la calle, aunque con un itinerario más corto del habitual (no pasó por las calles Alfredo Almunia, José Gómez, Isabel la Católica y Reconquista).

Este año, con motivo del XX aniversario de la bendición de la Virgen de la Piedad, ésta vistió la saya con la que procesionó su primer Viernes Santo en 1999 y el rostrillo que lució en su salida extraordinaria por el décimo aniversario, en 2009.

Además, el Lavatorio estrenó un aro labrado en plata dorado para San Pedro, realizado por el orfebre cordobés Jesús Amaro, y dos nuevas cartelas ilustrando momentos de la pasión bordadas en oro y seda en la trasera del canasto del paso, realizadas en el taller de bordados del Paso Blanco de Lorca.

Santo Entierro

Santo Sepulcro de la Hermandad de la Virgen de las Angustias. Santo Sepulcro de la Hermandad de la Virgen de las Angustias.

Santo Sepulcro de la Hermandad de la Virgen de las Angustias. / V. Visiedo P.

Por la noche, la lluvia tampoco hizo acto de presencia por lo que la Hermandad de la Virgen de las Angustias celebró la procesión del Santo Entierro, muy emotiva, con un pueblo casi a oscuras y el acompañamiento musical de un trío de capilla y un cuarteto vocal con el Sepulcro y la Virgen.

La Hermandad de la Virgen de las Angustias procesionó con el Cristo de la Columna, el Santo Sepulcro y la Virgen de las Angustias. Sus principales novedades estaban en el Sepulcro, donde estrenaron la talla de la urna y la carpintería de la canastilla. También eran nuevos lo juegos de jarras del paso de la Virgen de las Angustias y la policromía de la imagen. Además, restauraron los faroles que acompañan a la cruz guía y estrenaron 15 túnicas de la Virgen confeccionadas por el taller de costura de la Hermandad y 10 de los portadores del Sepulcro.

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