España dice adiós a las mascarillas 700 días después del inicio de su uso obligatorio. Esto supone casi 2 años con una medida preventiva de la que muchos estaban ya cansados y de la que otros temen desprenderse todavía. Actualmente, con el 92% de la población inmunizada gracias a la vacuna, el uso del elemento clave de la pandemia pasa de ser una obligación a una elección personal, salvo en contados espacios interiores (centros sanitarios, hospitales, farmacias, residencias de mayores y transporte público). 

Además del elemento más eficaz para prevenir el coronavirus, la mascarilla se ha convertido en el símbolo de la pandemia y un elemento central en nuestras vidas en los últimos dos años, tanto que ya nos resultaba raro ver a alguien y que no llevase mascarilla. Fue el 22 de mayo de 2020 cuando el uso de mascarillas comenzó a ser obligatorio en espacios cerrados y en la calle cuando no pudiera garantizar una distancia mínima de dos metros para los mayores de seis años y recomendable para los niños de entre 3 y 5 años.

Desde entonces, España ha sido de los países más estrictos con el uso de mascarilla, llegando a obligar a usarla en todos los espacios, ya fueran al aire libre o cerrados, estando solos o acompañados. Pero en los últimos meses, salvo en el período de las Navidades, solamente era obligatoria en interiores. 

Vidas salvadas por el uso de la mascarilla en pandemia

Saber con exactitud a cuántas personas han salvado la vida las mascarillas es difícil de precisar. Sus efectos preventivos han sido defendidos por muchos organismos como la Organización Mundial de la Salud y algunos diarios incluso han lanzado cálculos de cómo las mascarillas pueden reducir significativamente la propagación del virus y con ello salvar vidas. 

En las jornadas Inmunología en la pandemia de Covid19 celebradas en agosto de 2020 en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y que contaron con la participación de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), los inmunólogos fueron contundentes y cifraron en 3 millones de personas cuyas vidas se han podido salvar gracias al uso de mascarillas. 

Sea como sea, los técnicos de la Ponencia de Alertas que asesoran al Ministerio de Sanidad indican que la mascarilla sigue siendo "la principal medida de prevención" de la COVID-19, confirman su eficacia y recuerdan que su uso, independientemente de las normas en vigor, "está en gran parte sujeto a la responsabilidad de cada persona".

Y los epidemiólogos advierten de que la medida de retirarla en interiores no puede llevar al engaño de que la pandemia ha finalizado. Hace solo unos días la OMS confirmó que sigue considerando la propagación del coronavirus como una emergencia sanitaria internacional, asegurando que “no es el momento de bajar guardia”. 

El papel de las mascarillas en la nueva normalidad quedará, de momento, relegado a una elección personal en la mayoría de los casos.