Adra cuenta con más de 3000 años de historia que le hacen ser la ciudad más antigua de la provincia de Almería y de las más longevas de España. Además, su amplio recorrido histórico y cultural, así como el enclave natural que la conforma, la designa como una de las principales potencias del Mediterráneo, tierra de pescadores y comerciantes que, proyectada dentro de Andalucía y España, es un referente a lo ancho y largo de la geografía.

Este municipio costero destaca en muchos aspectos, pero su gastronomía y producción, tanto del mar como de la huerta, lo consolidan como reclamo turístico de los paladares más exquisitos de la cocina tradicional. Con uno de los puertos pesqueros más antiguos, una lonja referente en ciudades colindantes y 14 kilómetros de playas con distintivos de Bandera Azul y Q de Calidad Turística es evidente que la conexión con el mar es una de las señas de identidad de Adra.

No es menos su dedicación al cultivo de alimentos y es que las más de 1500 hectáreas de producción de frutas y hortalizas son factor de impulso de esta tierra en todo el mundo. Productos a kilómetro cero con los que los excelentes hosteleros abderitanos preparan platos que no dejan indiferente a nadie. Y es que Adra cuenta con una amplia variedad de bares y restaurantes donde degustar tanto platos de la cocina tradicional milenaria como recetas modernas. A esa gran oferta se ha sumado recientemente el conocido como Muelle Gourmet, junto a la pasarela sobre el mar transitable. Un lugar donde degustar la gastronomía abderitana a escasos metros del mar.

Los centros museísticos que alberga esta ciudad representan esa puesta en valor del patrimonio histórico y cultural abderitano, como es el dedicado a la tradición marinera, el Centro de Interpretación de la Pesca, con un recorrido por el pasado fenicio en el reflejo de las embarcaciones como la jábega, el remo y la vela o la actual traíña. Por su parte, el Museo de Adra, contempla piezas arqueológicas procedentes del Cerro Montecristo y donaciones de coleccionistas privados, así como un recorrido por la historia de las Albuferas de Adra, una reserva natural protegida con abundante biodiversidad y preservación que cuenta con más de 140 especies de aves.

Otro reclamo turístico de categoría de la historia de la ciudad milenaria es el Centro de Interpretación de la Agricultura en el Molino del Lugar dotado de la más puntera tecnología para una explicación interactiva del pasado, presente y futuro del sector agrario en el municipio. Asimismo, la fábrica de la Azucarera es uno de los monumentos más relevantes, reliquia del cultivo y transformación de la caña de azúcar. El más reconocido signo de identidad en la ciudad es la Torre de los Perdigones, perteneciente a la antigua fábrica de fundición de plomo de San Andrés, que además cuenta con los Refugios Antiaéreos de la Guerra Civil, de gran interés entre visitantes a la antigua Abdera.

Adra es una ciudad que da pasos de gigante en el sector turístico y que avanza como una ciudad apetecible para vivir, pero también para visitar y pasar unos días, especialmente durante la época estival, ya no solo por su gran variedad de playas y calas vírgenes, sino por los eventos culturales que ofrece. No puede hablarse del verano de Adra sin referirse al festival Juergas Rock Festival, un evento más que consolidado en la ciudad, que celebrará este 2024 su undécima edición y que acoge a más de 40.000 juerguistas procedentes de todos los puntos de España en los primeros días de agosto, en los que reina el punk-rock, la buena música y el mejor ambiente.En definitiva, son un sinfín los motivos que catalogan a la ciudad de Adra como un paraíso, la huella imborrable de su historia en los rincones que la conforman, los sabores auténticos de la tierra mediterránea o la visita a su riqueza patrimonial. Una ciudad con encanto con un pasado memorable, un presente transformador y un futuro prometedor.