El Almería no negocia por Sadiq. Se puede decir más alto, pero no más claro. Quien lo quiera, que deposite en las oficinas de la Real Federación Española de Fútbol un cheque por valor de 60 millones de euros, su cláusula de rescisión. Así de sencillo.

Se acerca el final del mercado de invierno y a los clubes necesitados les empiezan a entrar las prisas por fichar lo que no tienen, la mayoría de veces gol. Ante esos, decenas de correos electrónicos de agentes y de llamadas de secretarios técnicos proponiendo ofertas poco menos que rocambolescas. El Almería tiene en la papelera de reciclaje varios por su jugador más en forma, por el buque insignia de la delantera: Sadiq.

Clubes de Primera División española (y algún europeo) han tocado a la puerta rojiblanca para tantear por el goleador rojiblanco. Sin realizar oferta en firme, sí que han comentado la posibilidad de algún tipo de cesión con remuneración hasta final de temporada y, entonces, compra. La economía está como está en mitad de la pandemia y pocos clubes también ahora para gastar. Sin embargo, la Unión Deportiva Almería es tajante: cláusula de rescisión.

Desprenderse ahora mismo de Sadiq sería una temeridad, poco menos que descabezar a un conjunto que está jugando muy bien al fútbol gracias a sus automatismos. Los directivos ya aprendieron la lección la temporada pasada, cuando descompusieron la plantilla en enero y el equipo se vino abajo. Al final, el Almería ha cogido velocidad de crucero cuando sus piezas se han ensamblado y eso necesita un tiempo de adaptación que difícilmente se tiene en la segunda vuelta del campeonato. De hecho, el mejor ejemplo es el propio equipo de Gomes que con una racha buenísima, todavía no ha sido capaz de dar caza a los puestos de ascenso directo, aunque es cierto que tiene un partido pendiente.

Por ello, el Almería tiene claro que por Sadiq u otros pesos pesados del equipo, no se tantea. Los rojiblancos tienen una serie de nombres en el mercado a los que sí necesitan dar salida tras Peybernes y confía en encontrarles acomodo de aquí a que acabe el mes. Igualmente sigue enfrascado en el fichaje de un ariete, que venga a darle refresco al propio Sadiq.

El nigeriano está en su mejor momento de la temporada, se le nota en su compostura. Lejos quedaron esos partidos en los que no le salía celebrar los goles. Cabizbajo, sin ganas de gritar, se comía más la cabeza por lo fallado, que por lo conseguido. Ahora en los partidos y los entrenamientos, el Sadiq está feliz y su juego es su espejo.

Su cifra de goles ha crecido exponencialmente y aunque todavía tiene que mejorar algunos aspectos (no gustó nada el gesto de sobrado ante la Ponferradina, que casi le deja sin marcar un gol hecho), ahora mismo es el mascarón de proa indálico.