UD Almería

Férreo marcaje de las cámaras

  • Guti forma parte de ese grupo de técnicos que atrae mediáticamente más que el propio club

Guti, durante su presentación.

Guti, durante su presentación. / Rafael González

La decisión de cesar a Pedro Emanuel a comienzos de la semana puede ser más o menos lógica en el ámbito deportivo, pero lo que sí parece claro es que mediaticamente al Almería le ha venido de perlas su sucesor. La llegada de Turki situó al club rojiblanco como trending topic en las redes sociales el pasado verano. Es más, en cuanto al número de seguidores superó a muchos clubes poderosos de Europa, debido al enorme seguimiento que tiene el máximo mandatario almeriense en Arabia Saudí.

Con el balón en juego, y sobre todo después del bajonazo de las últimas semanas, el club había perdido tirón mediático y sólo las continuas visitas de técnicos de nivel a Turki Al-Sheikh mantenían en el candelero periodístico internacional a la parte menos futbolera de la Unión Deportiva Almería. Precisamente uno de los entrenadores que ha pasado por Riad ha hecho subir como la espuma nuevamente a los rojiblancos, con su contratación: Guti.

El madrileño, tan querido como odiado en el mundo del fútbol español, ha copado portadas de periódicos, abierto telediarios y ocupado las tertulias radiofónicas. Hacía años que las gradas del anexo del Estadio de los Juegos Mediterráneos no se llenaban y en tres días, tres llenos. La culpa, de José María Gutiérrez, Guti. Un entrenador que está empezando en los banquillos profesionales, al que le persigue su enorme fama como futbolista del Real Madrid. De la quinta de Raúl González, entre otros, el talentoso zurdo ya entrenó en La Fábrica [donde ahora está Raúl] y tiene su primera experiencia en LaLiga. Una experiencia ambiciosa, puesto que sabe cómo se las gasta Turki cuando ve que los resultados no llegan y el juego no acompaña.

Son tres días y pico lo que lleva el de Torrejón de Ardoz en tierras almerienses y las cámaras de todos los medios nacionales graban cada uno de sus movimientos en la llegada al aeropuerto, en su presentación, en los entrenamientos... Hoy será a puerta cerrada en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, el equipo también necesita limpiar un poco la mente después del fracaso que supuso la destitución de Pedro Emanuel. El propio Aguza lo dijo ayer por mañana en la rueda de prensa: “Nosotros nos tenemos que aislar del contexto. Sólo queremos centrarnos en nuestro trabajo para lograr los tres puntos ante el Zaragoza”. Y es que en medio de este ambiente de histeria, más parecido a un concierto de un ídolo quinceañero que a la preparación de un partido ante un rival tan complicado, o los jugadores ponen todos sus sentidos en el balón o el debut de Guti puede no ser todo lo apetecible que la afición rojiblanca quisiera.

En eso, el exfutbolista del Real Madrid se muestra sensato. Aunque desde que despuntara en la cantera blanca las cámaras siempre le han seguido, ahora que ha asentado la cabeza no suele dar demasiado pábulo a los corrillos futbolísticos. Públicamente les has pedido a sus jugadores el cien por cien para lograr el objetivo del ascenso y quiere los flashes sólo se disparen con los goles los fines de semana. Una decisión inteligente, que contrasta con la de alguien con el que se le ha comparado esta semana: Hugo Sánchez.

El mexicano era mucho más dispuesto. Su intención, la que sigue siendo, era la de entrenar al Real Madrid y el Estadio de los Juegos Mediterráneos tan solo era un trampolín. Por eso, sabía que tenía que hacer ruido y estar siempre en el centro de todos los debates, para que en la casa blanca se fijaran en su forma de trabajo. Alfonso, que era de gatillo fácil, como Turki, tardó una temporada en cansarse de su forma de su runrún mediático.

Hugo Sánchez, a su llegada a Almería en 2008. Hugo Sánchez, a su llegada a Almería en 2008.

Hugo Sánchez, a su llegada a Almería en 2008.

Hugo y Guti son el escalón más alto de estos entrenadores que acaparan más focos que el propio club, pero la UDA ha tenido otros perfiles parecidos. Por ejemplo, Sergi Barjuán y Ramis. El primero del Barcelona y el segundo del Madrid, como el mexicano y el de Torrejón de Ardoz. Como exfutbolistas de los dos clubes más grandes del fútbol español, también atraían las miradas a nivel nacional, pero su forma de ser era más introvertida.

Ambos son de otra etapa, de la de un Almería más humilde y en caída libre deportiva. Ahora, sin embargo, a Turki le gustan tanto las victorias como los likes que se dan en las redes sociales al club que dirige.

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