SD Éibar-UD Almería I La crónica

Ipurua agradece el regalo del Almería (1-0)

  • Pozo obsequia a un rival directo por el ascenso con un gol que los rojiblancos son incapaces de remontar

  • La baja de Robertone deja sin juego interior a un Almería incapaz en todo momento de imponer su filosofía sobre el césped

  • Minuto a minuto

Lazo, cabizbajo, tras una jugada en Ipurua.

Lazo, cabizbajo, tras una jugada en Ipurua. / LaLiga

Nada menos que en Ipurua había que defender el liderato. Y encima sin la doble R, lesionada hace una semana en el partido de la rabia frente a Las Palmas. Los eibarreses no iban a dar alcance a los rojiblancos, pero sí que podían condensar más todavía la parte alta de la clasificación y, además, dejar el primer puesto al alcance de Sporting, Ponferradina y Tenerife.

Era mucho lo que había en juego en el animoso estadio vasco, de malos recuerdos para la UDA puesto que allí fue destituido Francisco. Los indálicos no visitaban Ipurua desde entonces en la máxima categoría y querían volver con un resultado mucho mejor que aquel 5-2 y, por supuesto, recuperando la sensación de juego perdida en la segunda parte frente a Las Palmas.

Iba a tocar sufrir, por la identidad del rival y por la propia esencia de Ipurua. Además las bajas de Ramazani y Robertone iban a ser importantes para un Almería que perdió el control del partido hacía una semana frente a Las Palmas y, con ello, dejó escapar dos puntos. Rubi apostó por Lazo y Puigmal, dos jugadores de perfil parecido a los lesionados, confiando en que el primero recuperara el instito y que al segundo no le pesara la responsabilidad. Sorprendía que Curro siguiera en el banquillo tras perder la titularidad en Ponferrada.

Comenzó fuerte el Eibar, presión alta y a bombardear la portería de Fernando desde el minuto 1. Supo sobreponerse bien el Almería a la situación. Sin temblarle las piernas, poco a poco se trató de hacerse dueño de la posesión y parecía obligar a dar un paso atrás a su oponente, al que López Toca perdonó un penalti por agarrón a Sadiq. El mismo árbitro que se inventó la pasada temporada una pena máxima difícil de justificar ante el Leganés, en esta ocasión fue casero y obvió el agarrón continuado sobre el africano en una contra buenísima de los de Rubi.

Locura ofensiva de la que el Almería no sabe salir

El partido era un combate de boxeo, los dos conjuntos empezaron a atacar y las ocasiones se generaban en cada jugada. La tuvo el Eibar, con un doble remate de Blanco y Stoichkov ante los que tuvo que lucirse Fernando. En un partido de tanta alegría ofensiva, al centro del campo le costaba crear juego y así se estaba resintiendo el Almería. Sadiq tuvo dos buenos disparos y Lazo lanzó una falta bien orientada, pero los rojiblancos no imponían su criterio y en este contexto tenía el Eibar más que ganar. De hecho, aunque los de Rubi estaban bien plantados atrás, los últimos minutos de la primera parte se jugaban en la frontal del área de Fernando.

Pasó lo que se estaba empezando a intuir, el primer error atrás iba a ser fatal. Después de una jugada muy bien trenzada por los locales, Pozo se equivoca al despejar con la cabeza al frontal del área y Stoichkov conecta un chutazo imposible de parar. Hasta un alevín sabe que un despeje nunca se puede situar en posición de disparo atacante, pero es la eterna confusión de los equipos que confunden la posesión con la obligación de tocar por tocar. 1-0, descanso y momento para repensar el ciclón en el que se habían metido los de Rubi y que en nada les beneficiaba.

Samu persigue a Expósito. Samu persigue a Expósito.

Samu persigue a Expósito. / LaLiga

Sin embargo, no hubo mucho cambio al comienzo de la segunda parte. Si bien el Almería trato de dar un paso al frente, lo hizo también favorecido por un Eibar que quería a los rojiblancos más adelantados para pillarlos a la contra. En una falta pudo llegar el empate, pero Sergio sacó bajo palos el remate de De la Hoz. Pero a los rojiblancos les seguía faltando juego, fluidez en zona de peligro, se echaban de menos las apariciones de Robertone entre líneas, la conexión que genera el argentino entre el centro del campo y la delantera. 

Cambios tardíos

Movió el banquillo muy tarde Rubi, pero lo movió para cambiar tácticamente el equipo. Veinte minutos faltaban, suficientes todavía para ver si el Almería ganaba algo en el juego interior, puesto que el Eibar tenía el partido donde lo quería, no sufría lo más mínimo con los balones colgados a ninguna parte de los rojiblancos. En la primera que los almerienses fueron capaces de dar dos pases entre líneas, Pozo la tuvo en el lateral del área chica, pero chutó fuera.

Cinco minutos faltaban y al Almería no se le veía cara de poder sumar algo positivo. El partido había entrado ya en las pérdidas de tiempo rivales, el árbitro pitaba cada caída local, el ambiente del público frenaba las tímidas intentonas de los de Rubi, que ni llegaban al área de Yoel, salvo alguna jugada en las que Sadiq se perdía en sus regates sin sentido. Se había jugado desde el minuto 1 al 90 a lo que quiso el Eibar y eso fue un error imperdonable de los indálicos, que lo normal es que pierdan el liderato este fin de semana. De hecho, un equipo que falla prácticamente siempre ante los rivales directos, difícilmente puede permanecer en el primer puesto.

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