UD Almería I Real Oviedo I La crónica

El Mediterráneo vuelve a vibrar con un gran Almería (2-1)

  • Los rojiblancos vencen en un duro choque al Oviedo, con buen fútbol y con una fortaleza defensiva en los últimos minutos que sorprende tras varias temporadas de errores infantiles

  • Seis de seis, 4.100 espectadores en las gradas que por momento parecieron diez mil gargantas animando a un equipo que vuelve a transmitir ilusión, mucha ilusión

  • La previa y el minuto a minuto

Robertone, que jugó un partidazo, celebra el 2-1 antes del descanso.

Robertone, que jugó un partidazo, celebra el 2-1 antes del descanso. / Javier Alonso

Primer día de Feria, el Almería jugando enfrente del Recinto Ferial, público en las gradas y en los cacharricos... Con todas las limitaciones del mundo, pero poco a poco la vida se va pareciendo a lo que tanto extrañamos. Y lo que también se echa de menos [mucho menos importante que el fin de la pandemia, pero a nadie le desagrada un dulce] es volver a ver al Almería en Primera División. De momento, el partido ante el Oviedo lo arrancó como líder deseoso de darle continuidad a la buena imagen mostrada en Cartagena.

Así lo pensaba Rubi, que apostó por un once similar, con la única novedad de Nieto en el lateral derecho. Buñuel no estuvo muy certero a la hora de cerrar su banda en tierras murcianas y el técnico apostó por un exovetense para el choque. Sorprendía, además, la segunda suplencia seguida de Maras, que cuenta con ofertas de Primera. El club busca en el mercado un fichaje para fortalecer la zaga y posiblemente haga falta un segundo si el serbio es traspasado.

Pitido inicial y el Mediterráneo que volvía a vibrar tanto tiempo después. 4.100 espectadores, una entrada de los años de Segunda B, pero que en esta situación pandémica es gloria bendita para los rojiblancos. No fue de la afición, pero sí que es verdad que su empuje puso a nervioso a Jimmy, para que controlara mal y Sadiq le pusiera un balón de gol a Lazo. Papeles cambiados con respecto a Cartagena, pero mismo final: balón a las mallas con un trallazo del gaditano y 1-0 a los 5 minutos. El Mediterráneo vibraba, vaya que si vibraba. 

Segunda suplencia de Maras e interés de Cádiz y Elche, ¿saldrá en los próximos días?

Con confianza, el Almería ahora mismo es un torbellino. A diferencia de otros conceptos tácticos, el de Rubi es tener el balón para ser verticales y eso genera jugadas y, por tanto, miedo al rival, aunque también espacios a sus espaldas. Ahora mismo el equipo es muy solidario y da pocas opciones al contrincante, aunque en las jugadas de estrategia en contra está fallando. En Cartagena ocurrió y el Obeng iba a empatar después de que el exrojiblanco David Costas ganara un saque de esquina en el segundo palo. Lástima desperdiciar tan pronto la ventaja.

Riguroso gol anulado a Sadiq antes del 2-1

El marcador se igualó y el choque también. El Almería proponía más, pero el Oviedo también contraatacaba con peligro. La tuvo Akieme, pero se lució Femenía en el 34'. A las puertas del descanso, Sadiq remataba a gol un centro de Lazo, pero el colegiado lo anulaba por un agarrón 'light'. ¡Qué rigurosos son los colegiados con los delanteros y qué poco con los defensas! El que no había manera de anular era el de Robertone, que está haciendo un comienzo de campaña sensacional.

Después de una última jugada sensacional de los rojiblancos, que no tuvieron prisa en montar el ataque pese a que quedaban segundos para el descanso, otra buena presión tras pérdida deja el balón en el área de Femenías y el argentino lo recoge para sacarse un gran derechazo y poner el 2-1. El Mediterráneo volvía a vibrar. Y a disfrutar, el Almería estaba jugando un gran partido y se iba al descanso en ventaja.

Colorido rojiblanco de nuevo en las gradas. Colorido rojiblanco de nuevo en las gradas.

Colorido rojiblanco de nuevo en las gradas. / Javier Alonso

No hubo paso atrás al comenzar la segunda parte. La filosofía de Rubi es la misma con el marcador a favor o en contra. Lo cierto es que la buena presión rojiblanca permite tener al rival a raya, pero exige un nivel de concentración y físico increíble, que siempre es más sencillo de lograr con el marcador a favor. El Oviedo seguía igual, esperando unas contras que podían llegar porque los centrales almerienses jugaban avanzados y pisaban constantemente el terreno de juego rival. Ziganda metió pólvora en el terreno de juego y, poco a poco, el juego se fue volcando sobre la meta de Fernando, sin demasiado peligro todo es cierto.

El Almería pierde el balón

Rubi pedía no meterse en la cueva. El Almería había perdido el balón y aunque tuvo alguna contra para haber sentenciado, con Ramazani como protagonista, ya no dominaba ni le duraba el balón. Entraba el partido en fase peligrosa, los rojiblancos no estaban cómodos y no estaban cerca de sentenciar con el tercer tanto. No era un gran agobio, no se estaba comiendo el Oviedo a los almerienses, pero tener el balón cerca de la portería propia siempre te hace dudar. A los 82' llegó la contra que el Almería deseaba, la que podía decantar el encuentro, pero Sadiq no estuvo generoso con Arnau, que entraba solo, y Femenía le detuvo el disparo al africano. Fue buena la acción, no fue la típica que chuta sin sentido Sadiq, pero Arnau estaba en mejor disposición para haber marcado.

Quedaba esperar al cartelón del cuarto árbitro. Con De la Hoz y Arnau, había mejorado el conjunto rojiblanco en la medular, había controlado el arreón carbayón, por lo que ahora tocaba saber sufrir con los balones colgados por el Oviedo. Antes, Sadiq vio cómo le anulaban, ahora muy claramente, un segundo tanto por fuera de juego. Era el primero del descuento, todavía había cuatro más que aguantar. Pero el Almería lo hizo bien, francamente bien. Tenía el partido en su mano y si bien en las últimas temporadas cometía errores impropios de un aspirante al ascenso, parece haber cambiado la tónica. Seis de seis, los de Rubi que rubrican sus buenas sensaciones y que van a vivir la Feria en lo más alto de la tabla.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios