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De las manoplas de San Fernando al cabezazo de Maras (3-1)

  • Gran partido en el Mediterráneo, que no se fue por las intervenciones del meta rojiblanco, y que se decidió cuando Carvalho recuperó el balón para los de Gomes

  • El Almería viajará el próximo fin de semana a Barcelona a un solo punto del segundo clasificado, el Espanyol

  • Vídeo resumen del partido

Maras y Fernando, grandes protagonistas, se abrazan al final del partido.

Maras y Fernando, grandes protagonistas, se abrazan al final del partido. / Javier Alonso

El año 2020, que en nuestras vidas quedará como el año de la pandemia, se despedía del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Y lo hacía con un partidazo, con un encuentro ante el Málaga que la pasada temporada le costó al Almería perder el tercer puesto para disputar el play off de ascenso a Primera y que meses después le debía de servir para hacerse fuerte precisamente en esa posición.

Un choque en condiciones normales provocaría de las mejores entradas de la temporada, pero que había que enfrentar sin el calor de la grada, algo que provoca mucha incomodidad a los rojiblancos. No termina de estar cómodo el equipo de Gomes en la soledad de su casa, algo que no debía de notarse ante el segundo mejor visitante, precisamente tras los rojiblancos. El Málaga posiblemente llegaba con el cartel de favorito por sus números fuera de casa y eso debía de servir de acicate.

Lo hizo. Era tarde para hacer de todo excepto sestear y el Almería salió como debe de hacerlo un equipo que quiere ganar un partido, como si cada jugador se hubiera bebido un café triple. El Málaga se vio sorprendido de inicio, le habían cambiado los papeles que habían ensayado. El que presionaba, metía tensión y recuperaba con facilidad era el Almería. A los 10 minutos ya había pisado dos veces área Sadiq con peligro y el ariete demostró su dulce momento en la segunda que tuvo.

Villalba ejerció de recuperador y asistente para un Sadiq que definió a la perfección ante Barrio. Tres cuartos del gol hay que dárselo a Benkhe, que falló en la entrega en la frontal, pero Villaba estaba adelantado en la presión y Sadiq no falló una ocasión que cuando no sonreía, las estrellaba en el cuerpo del portero. 1-0 y 80 minutos por delante, esta vez tocaba hacer algo más que regalar el balón y encerrarse como en los últimos partidos. 

Lesión de Makaridze y cambio de tornas 

No lo hizo, por lo menos de inmediato. Aunque ahora el Málaga tocaba algo más en el centro del campo, el Almería sacaba el balón desde atrás y en cuanto rompía la primera línea de presión, los espacios para Sadiq eran grandes. En otra gran carrera del africano, Aketxe casi hizo el segundo al rematar desde la frontal un balón dejado por su compañero. El partido estaba bonito de ver, con los lógicos nervios de dos equipos que jugaban de tú a tú, y sólo el contratiempo de la lesión de Makaridze en el abductor inquietaba el sosiego de José Gomes.

Y lo que es el fútbol: si después de la lesión de Calero se producía el regalo de Benkhe para el gol de Sadiq, justo fue pisar el área Fernando y se encontró con que Caye le encaraba después de un mal pase atrás de Balliu. Por fortuna, Cuenca se cruzó como un cohete y evitó el mano a mano. Único lunar hasta el momento, había que volver a activarse pero no lo consiguió, ahora eran los malacitanos los que rondaban el área rojiblanca. El equipo necesitaba ordenar sus ideas y justo antes de que el árbitro enviara a los dos equipos al vestuario, llegó el empate. Ahora en un error del Almería, en una pérdida mortal de Villaba en zona de tres cuartos. Un balón que había que romper, lo bajó rodeado de contrarios, cogió a la defensa descolocada y Joaquín puso el 1-1 con un disparo cruzado. Jarro importante de agua fría, sobre todo por el momento.

Falta sobre Corpas. Falta sobre Corpas.

Falta sobre Corpas. / Javier Alonso

Ese balón perdido era el último que iba a tocar Villalba en el partido, puesto que la segunda parte comenzó con la entrada de Lazo por él. El equipo estaba tocado, se había ido del encuentro como tantos otros días y si bien el Alcorcón y el Zaragoza no habían estado finos de cara a la portería rojiblanca, el tanto del Málaga hundió completamente a los de Gomes. La defensa ya no sacaba el balón, había muchos espacios entre líneas, arriba cada cual hacía la guerra por su cuenta... No era lo que había pedido el míster. El Málaga estaba mucho más entero.

El Almería estaba nervioso, se le veía en las protestas. Necesitaba volver a tener el balón y Gomes lo intentó con Carvalho y Ramazani. En la primera en la lo intentó el portugués recibió un manotazo de Mejías, que poco antes había visto la amarilla. Por la misma acción, Sadiq fue amonestado en la primera parte, pero Trujillo Suárez ahora cambió de criterio. Instantes después, el colegiado se equivocó al pitar un fuera de juego de Sadiq, que no era por más de un metro, y se ahorró el pitar un penalti por derribo de Lombán sobre el delantero. Parecía volver a entrar en calor el Almería.

De área a área

Sin embargo, el equipo no tenía frescura ni ideas arriba. Por contra, el Málaga tenía espacios para contraatacar y tuvo tres ocasiones clarísimas para haber hecho el segundo. San Fernando, con tres manoplas sensaciones, lo evitó. Necesitaban los de rojiblancos dar también algún susto, Lazo lo intentó y Barrio despejó a córner. Quedaba un cuarto de hora y la puntería iba a definir, puesto que ocasiones iba a haber para ambos bandos.

Fue el Almería. Concretamente un cabezazo inapelable de Maras desde el punto de penalti. Una acción aislada, sí, con un balón bien raseado en banda por Carvalho y centrado con tensión por Balliu, iba a desnivelar nuevamente la balanza para los almerienses. Cuando peor estaban las cosas, apareció la calidad del Almería y el 2-1 a falta de 10 minutos podía ser oro en paño. Aunque nadie lo deseaba, los rojiblancos se iban a encerrar y tocaba confiar en la defensa... y San Fernando.

Ya sin fuerzas por el gran partido de ambos, el Málaga colgó balones y facilitó la vida a los rojiblancos en defensa. Eso sí, ahí estaba el meta rojiblanco para despejar de puños y salir con valentía. Y también estaba Carvalho, que había raseado el balon que llegó a la banda para el centro del gol de Maras y que montó la contra para que Ramazani pusiera la guinda a la contra. Es lo que tiene la calidad, que define partidos como éste. Al Almería le va bien la vida así, pero sigue teniendo el debe de dominar los encuentros. Colofón al 2020 en casa con partidazo y tres puntos que saben mejor que los mazapanes. El año puede acabar todavía mejor si se da la sorpresa el próximo fin de semana en Barcelona ante el Espanyol.

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