Primer viernes de marzo. Besapiés del Medinaceli

Miles de almerienses pasan por la Catedral para besar los pies de su Señor

  • Desde las ocho de la mañana las puertas de la Catedral están abiertas para que feligreses, devotos, cofrades y fieles se postren ante la imagen esculpida por Dubé de Luque en 1997

Con la puntualidad británica, cuando las agujas del minutero del reloj de la Plaza de la Catedral marcó las ocho en punto de la mañana se abrieron las puertas de la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación de la capital almeriense para que miles de cofrades, feligreses, devotos, simpatizantes y fieles besen un año más los pies del Señor Cautivo de Medinaceli.

Colas desde primera hora para besar los pies del Medinaceli. Colas desde primera hora para besar los pies del Medinaceli.

Colas desde primera hora para besar los pies del Medinaceli. / Javier Alonso

Como marca la tradición, primer viernes de marzo y con ello uno de los momentos más esperados en la ciudad de esta, aun, pre-Cuaresma que ya asoma a la vuelta de la esquina. Desde primeras horas de la mañana se han sucedido las largas colas en el interior del primer templo de la Diócesis almeriense, merced al buen clima y buena temperatura en lo que llevamos de este viernes 1 de marzo

El obispo, Adolfo González Montes, reza ante la imagen. El obispo, Adolfo González Montes, reza ante la imagen.

El obispo, Adolfo González Montes, reza ante la imagen. / Javier Alonso

El Ayuntamiento de Almería fue la institución más madrugadora en visitar al Señor de todos los almerienses, como así quedó atestiguado tal día como hoy de hace 22 años, en 1997, cuando el Cautivo fue bendecido en la Plaza de la Catedral ante miles de almerienses, siendo la ciudad la padrina de la imagen después del fatídico incendio del año anterior en el cual la anterior talla fue pasto de las llamas. Con el alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, a la cabeza -quien lució su medalla en el pecho al ser hermano de esta corporación y devoto precisamente de esta imagen cristífera-, el consistorio se postró ante el Cautivo de Medinaceli tras hacerle una ofrenda de flores para rezar ante la portentosa talla esculpida por el sevillano Antonio Joaquín Dubé de Luque en 1997.

Después de la visita del ayuntamiento almeriense comenzó, a las nueve de la mañana, la Santa Misa en el Altar Mayor. Al concluir la Eucaristía comenzaron a formarse las largas colas formadas por personas de todas las edades. A las doce del mediodía dio comienzo la Santa Misa oficiada por el Obispo de la Dióceis, Adolfo González Montes. Al terminar esta, Monseñor se postró ante los pies del Señor de Medinaceli para besarlos y realizar una oración ante la talla.

Una representación del Ayuntamiento de Roquetas, presente en la cita. Una representación del Ayuntamiento de Roquetas, presente en la cita.

Una representación del Ayuntamiento de Roquetas, presente en la cita. / Javier Alonso

Sobre las dos y media de la tarde, otra institución, en este caso la Excelentísima Diputación de Almería, también ha visitado al Cautivo de Medinaceli. Con su presidente Javier A. García a la cabeza, quien también lució su medalla de la Hermandad del Prendimiento al ser también hermano de esta corporación, el ente provincial no falló a su anual cita con el Señor de Almería, al que regaló igualmente un ramo de flores. También asistió una representación del Ayuntamiento de Roquetas con Eloísa Cabrera y Luis Miguel Carmona a la cabeza junto a la actual delegada de la Junta de Andalucía en Almería, Maribel Sánchez. Como el resto de instituciones, fueron recibidos por miembros de la Junta Directiva de la Hermandad del Prendimiento y por su consiliario. Junto a Juan José Martín Campos rezaron un Padre Nuestro ante el titular.

Cuando los rayos de sol comenzaron a esconderse en el horizonte para dejar paso a la noche fue cuando más gente acudió a la llamada del Señor de Almería. Aprovechando las salidas de los trabajos, multitud de personas se reunieron desde las ocho de la tarde en la Plaza de la Catedral para guardar en la cola que le llevase un año más ante las plantas del Cautivo para pedirle, como cuenta la leyenda, tres milagros de los cuales Este concede uno o bien para pedirle por la salud de ellos o de alguno de sus familiares.

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