Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco

El aprendizaje de una semana se exhibe en el concierto final

  • Los alumnos de los talleres de música fueron los protagonistas de la última actuación del Festival

  • También se entregaron los diplomas para clausurar la edición número 18

El aprendizaje de una semana se exhibe en el concierto final.

El aprendizaje de una semana se exhibe en el concierto final. / Ricardo García (Vélez Blanco)

Tocaba demostrar los talentos adquiridos durante toda la semana y los nervios afloraban antes de comenzar el Concierto de Alumnos del XVIII Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco. La Iglesia del Convento de San Luis se llenó de futuro y la música sonó con aires de grandiosidad.

El concierto comenzó con Fanfare, de D. Buxtehude (1637-1707) donde el taller de Sacabuche dedicó esta pieza a los voluntarios por su compromiso con el Festival. Sorprendieron haciéndolo desde el Coro de la Iglesia, mientras que abajo esperaban los miembros de la orquesta.

Prosiguió el Taller de Orquesta Barroca, del profesor José Vélez. El recital, dirigido por Joaquín Torrecillas, empezó con Music for the Royal fireworks, de G. F. Haendel (1685-1759): La Résojoissance-Menuet I-Menuet II. Los protagonistas de esta pieza fueron: David Delgado, Paco Corbalán, María Castilla, Lily Verena Aingnerberger, Gonzalo Jiménez, Sandra Schimansky, Antonio del Carmen López, Almudena Tovar, Benjamín Palermo y Cristina Murcia. Acompañó Noelia Reverte con la viola da gamba.

Gran parte de los alumnos y de la organización en la clausura del Festival. Gran parte de los alumnos y de la organización en la clausura del Festival.

Gran parte de los alumnos y de la organización en la clausura del Festival. / Ricardo García (Vélez Blanco)

Posteriormente, interpretaron un Allegro del Concertino para cuatro violines, de A. Vivaldi (1678-1741). Algunos familiares orgullosos no dudaron en inmortalizar el momento con sus móviles, a través de vídeos y fotografías. El público aplaudió de forma duradera reconociendo la complejidad del tema. Continuaron con otro Allegro de la Sonata II para dos violines, de M. Leclair (1697-1764), que fue interpretado por Paco Corbalán y Gonzalo Jiménez. Concluyeron con Rondeau de la Sonata para fagot y cello, de J. B. Boismortier (1689-1755) con Almudena Tovar y Benjamín Palermo.

Raquel Andueza se estrenaba en este concierto de alumnos con su taller de Canto y las piezas que interpretaron fueron las siguientes: Rosanna Franzese cantó De un cristo que atesora, de Francisco Fernández de Illana (1700-1780); Lola Cayuela hizo lo propio con Che pi puo fare, de Barbara Strozzi (1619-1677); Lola Roldán interpretó Stizzoso mio, stizzoso, de G. B. Pergolesi (1710-1736); Jorge Muñoz eligió el tema Se tu m’ami, de G. B. Pergolesi; María Ortiz escogió Sé que me muero de amor, de J. B. Lully (1632-1687); y para finalizar, Lola Roldán, Cristina Murcia, María Castilla, Rosanna Francese y Fabia Sans cantaron Cítaras dulces, de la ópera La guerra de los Gigantes, de Sebastián Durón ( 1660-1716), y contaron con la colaboración de otros talleres como Orquesta y Sacabuche.

La más joven del alumnado de este año con la viola da gamba. La más joven del alumnado de este año con la viola da gamba.

La más joven del alumnado de este año con la viola da gamba. / Ricardo García (Vélez Blanco)

Durante las distintas actuaciones, algunos miraban la aprobación del pianista Joaquín Torrecillas; otros se exigían mucho y no salían contentos; y mientras tanto Raquel Andueza daba una serie de indicaciones antes de comenzar algunas de las actuaciones.

Regresaron los músicos del taller de Sacabuche, dirigido por Francisco Blay, y dieron vida a los temas: Madrigal, de John Wilbye (1754-1638) con Antonio Rosano, Antonio Salas y Alejandro Olmo; y O sacrum convivum, de F. Guerrero (1528-1599) con Fabiana Sans (Canto), Antonio Rosano y Alejandro Olmo.

Noelia Reverte y el taller de Viola da Gamba fue el siguiente con tres piezas: De tous biens plaine, de H. Van Ghizeghem (c.1445/6-1476) con Antonio del Carmen López y Tomás Fernández donde contaron con la colaboración de los sacabuches; Si la noche haze oscura, anónimo, con Antonio del Carmen López Tomás Fernández; y Ay, linda amiga, Cancionero de Palacio con alumnos de viola: Nina Día, Gabriela Manzano, Antonio del Carmen López y Tomás Fernández; y otros de canto: María Castilla, Cristina Murcia y Fabiana Sans. Noelia Reverte estuvo en todas las piezas para dar mas seguridad a los alumnos. En esta actuación estaba la alumna con menos edad del Festival, incluso el atril de las partituras le tapaba la cara. Todas las miraban se centraban en este tema a la pequeña.

Jorge Enrique García fue el último en dirigir a sus alumnos del taller de Canto Coral, el más numeroso del Festival e interpretaron: Ay, Santa María, anónimo, CMP 304; Virgen bendita sin par, de P. Escobar (1465-1535); Pues que jamás olvidaros, de Juan de la Encina (1468-?); Deus in adjutorium, anónimo, siglo XVI Convento del Carmen (México); Missere mei Deus, de H. Franco (1532-1585); y, para concluir, Benedicamus Domino, anónimo, siglo XVI, Convento del Carmen (México). Colaboraron miembros de otros talleres como Sacabuche y Viola da Gamba. El público se puso en pie por el buen hacer de los alumnos. García invitó al público a subirse al escenario para cantar con el coro Amor que me cautivas y muchos se animaron a formar parte de esta pieza final.

Concluyeron entregando los diplomas al alumnado y al profesorado. La directora del Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco, Cándida Martínez, se mostró agradecida por esta edición: “Gracias a los alumnos que había estado en los cursos, gracias a este magnífico cartel de profesores. Espero que estéis pensando venir en 2020 a Vélez Blanco. Sería un placer volver a encontrarnos”.

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