Ocho de la mañana. Comienza la faena, pero lo bueno es que parece que hará un día estupendo, y pese al esfuerzo que augura la jornada, compensa disfrutar de un marco incomparable como es el que ofrece la comarca de Nacimiento. Juan Hernández, su esposa Josefa y su hijo Javier llevan ya unos pocos días con la recogida de la oliva.

La familia cuenta con una finca de unas 80 hectáreas, pero son muchos los vecinos que confían en su experiencia como jornalero para el mantenimiento de casi 300 hectáreas de olivar en Doña María, su pueblo.

Después de pasar 28 años en Toledo guardando fincas de ganado, cereal y también olivo, Hernández decidió volver a su tierra para continuar su vida ligado al campo, donde ha crecido y a lo que se ha dedicado desde que tiene uso de razón. Aquellos eran otros tiempos. Doña María tuvo un auténtico motor económico con la agricultura y donde el cultivo de la uva de mesa era la protagonista. Las condiciones climáticas hicieron que los agricultores de la zona se decantaran por el olivo como proyecto de futuro. Hace ya 30 años de aquello, "y desde entonces comenzó el bajón de esta zona y un éxodo propio del ámbito rural que aquí fue muy rápido. En aquellos inicios del olivar, allá por los años 80, la aceituna de agua permitía sacar grandes rendimientos. Pero no fueron muchos los años de bonanza, y hemos llegado ya a un punto en el que son mayoría los olivos abandonados", lamenta Hernández mientras, ya con los aperos preparados, se dispone a varear el primer olivo del día.

Y muchos se preguntarán qué hace Juan ya con la recogida. El motivo viene más por la necesidad de sacar un mínimo rendimiento a unos propietarios que lejos de lucrarse, continúan cuidando de sus ejemplares para que estos sigan siendo seña de identidad en la comarca.

"Desde hace dos o tres años apenas vienen buscando aceituna de agua, que realmente sí deja dinero. Por eso, las alternativas son pocas y para correr el riesgo de que la aceituna caiga al suelo durante la maduración y no valga nada, visto lo visto, es preferible cogerlas ahora y asegurarte la mayor cantidad posible ", explica este vecino de Doña María, quien las empleará para aceite.

No quiere correr riesgos y trabaja con la incertidumbre cual será su recompensa con ellas, "pero mejor eso a perder dinero", destaca este jornalero que con 56 años de edad ha vivido lo mejor y lo peor del campo en la comarca.

Este año la aceituna de agua podría llegar al euro o, incluso, superarlo. Por contra, aunque es ir a lo seguro, para aceite oscilará entre los cuarenta y los sesenta céntimos de euro el litro.

Las sequías de los últimos años, al igual que las heladas registradas en invierno, han hecho muchos daño en los cultivos. Una muestra clara de lo que parece ser un cambio en el clima que amenaza con ser constante y donde los propios científicos ya han asegurado que se producirán fenómenos meteorológicos jamás vistos antes. Además de este factor, una concatenación de acontecimientos como el éxodo rural, acentuado en los últimos años, pero sobre todo la falta de agua, han sido determinantes. "Tenemos un déficit de agua preocupante en la zona y la Administración no hace nada para que esto cambie. ¿Así como se va a incentivar la economía aquí? Sin agua no se puede cultivar, y mucho menos sacar rendimiento", comenta Juan Hernández, quien ve capital "la creación de una comunidad de regantes para la comarca", que clame y reclame por la llegada de agua para los cultivos de Las Tres Villas y con ello una oportunidad de recuperar el olivar e implantar nuevos cultivos para incentivar el emprendimiento entre los más jóvenes.

Apenas a diez kilómetros de donde está recogiendo aceitunas Juan Hernández, está la Almazara de Abrucena, que ya ha comenzado con el trasiego propio del inicio de temporada. En zonas más próximas a la capital como Gérgal, Alboloduy o Santa Fe de Mondújar, con tradición olivarera, ya se ha recogido la práctica totalidad de los cultivos según cuenta Juan Sánchez Cañabate, gerente y encargado de la empresa. "Aún no se sabe al precio al que se va a pagar aceituna, pero para aceite no variará mucho con respecto al año pasado, aunque si se notará una pequeña subida en origen", explica sobre un valor que aún está por determinar y que depende de que continúe avanzando la recolección a nivel nacional, principalmente en Jaén y Córdoba, que se llevan el grueso a nivel nacional. Lo que sí parece seguro es que durante 2016 el precio para el consumidor volverá a rondar los tres euros el litro, después de haber estado en verano a casi cinco. "La producción del año pasado fue muy baja, el stock disponible en los últimos meses ha sido muy bajo y por eso se encarecieron tanto los precios. La previsión para esta campaña poco tiene que ver con la anterior, que será de millón y medio de toneladas por las poco más de 700.000 de la última", desglosa este joven empresario sobre una estimación que hará que los precios se contengan de cara al último eslabón de la cadena.