Entrevista

Juan José Alonso: “Quieren que desaparezca la pesca, prefieren lo industrial”

Juan José Alonso en su barco.

Juan José Alonso en su barco. / D.A.

Está Juan José Alonso, protagonista de la entrevista que van a leer, descansando horas antes de entrar a trabajar cuando este periodista osa en preguntar por él. Quiere saber cómo está actualmente la situación de la pesca, parte fundamental del sector primario pero que ha tenido un menor eco en las protestas que están colapsando en los últimos días las principales vías.

–En el reportaje se pueden leer testimonios no demasiado felices sobre la situación actual de la pesca, ¿comparte usted ese pesimismo?

-Es lo mismo que está pasando en todos los trabajos, es lo mismo que en la construcción o en los camiones, cada vez hay menos gente para faenar. Se lleva notando desde 2002, que se acabó el convenio de España con Marruecos. Desde hace veinte años todo ha ido disminuyendo. La gente que está en los barcos, se jubila y se incorporan menos jóvenes que puedan sustituirles. Si hubiera la misma flota, no daría con los trabajadores que hay ahora porque son muchos menos, y aquí, en Almería particularmente, no se quiere tirar de migrantes para faenar.

–Es sorprendente eso que comenta pues precisamente Almería es una de las provincias con más personas que vienen a sumar desde otros países, ¿es un tanto contradictorio, no cree?

-Aquí, en el caso de concreto de Almería, ha coincidido que Pescadería sigue siendo un barrio donde hay mucha gente dedicada a esto y no es un barrio donde se esté notando el problema de que falte gente, se mantiene a diferencia de otros lugares. Yo he tenido embarcados desde marroquíes hasta peruanos pero si encuentran otro trabajo menos sufrido lo abandonan. Pasa como con todos los trabajadores, también los españoles.

–Pero, ¿Qué pasa? Un lector puede no entender muy bien qué sucede con el sector pesquero. A muchos les pilla en otra dimensión

-Uno de los principales problemas es que la Agenda 2030 está afectando. El sector pesquero lo quieren desaparecer, quieren quitar el arrastre y el cerco, pues vamos a ver, en 2040. No se quiere este tipo de pesca, tan artesanal, prefieren lo industrial. No tenemos su apoyo (de los políticos europeos). En el arrastre tienen un problema con los días de pesca y en el cerco tenemos restricciones. Es lo mismo que con la huelga de los agricultores, lo van a traer desde terceros países. Cuando España entró en Europa en los ochenta nos desmantelamos industrialmente. Eso lo hemos vivido y es otra vez, esto es una segunda etapa. Está claro. Ahora lo traen de Asia.

–No es muy halagüeño el panorama que me está pintando, la verdad. ¿Con esta mala perspectiva, le ve futuro a la pesca en lo más particular, en su vida?

-Yo ahora mismo tengo 46 años y dos hijos que son adolescentes. Tengo un hijo quiere ser patrón de cabotaje pero para dedicarse al transporte marítimo y el otro está a otra cosa, no piensa en este sector. La vida es muy sacrificada y la gente no lo quiere. Nosotros estamos más de doce horas todos los días fuera y a veces hasta cinco días fuera, te vas un domingo a las seis de la tarde y no vuelves hasta el viernes a las tres de la tarde, a la hora de comer. Nos podemos jubilar antes, desde los 57 hasta los 59, y esa es la suerte pero en nuestro lomo lo llevamos. Estar con la familia es muy complicado, trabajo todas las noches.

–El de la conciliación familiar es uno de los grandes problemas que ha tenido la mar desde siempre. Con tantos años en el oficio, ¿nunca ha planteado en retirarse?

-En verdad a veces te planteas irte, por el tema familiar. Dejas a tu mujer sola con tus hijos, que los acaba criando ella, pero tienes tu empresa y un nivel de gastos fuerte que te impiden bajarte del tren. Vender un barco es muy complicado y no hay desguaces, hace años que no los hay. El tema de quitarte de pescar es un sí pero no, tienes que darte cuenta de que el mercado laboral es complicado si quieres moverte desde la pesca. El cocinero puede cambiar porque podría ser camarero o dedicarse a otra cosa pero esto es diferente. Cuando tienes hijos no puedes estar dando bandazos, hay que alimentarse y pagar. Ah, y si llegas a la edad de jubilación pero no has conseguido deshacerte del barco, bien por venta o bien por desguace, tienes que seguir trabajando, no lo puedes dejar amarrado en el Puerto porque es un bien tuyo más, es otra propiedad.

–Con el horizonte que ha insistido en plantearme, ¿usted se ve trabajando en esto cuando llegue ese 2030 que tanto teme?

-De aquí a diez años espero tener trabajo pero no estoy seguro. Tengo el cuerpo hecho de vender el barco a terceros países, que es lo que más se está haciendo ahora, o desguazarlo. Si tengo que hacerlo, lo hago antes de la edad de jubilación. Te puedes jubilar pero si del barco no te deshaces, lo amarras a puerto. Si no lo vendes, no te puedes jubilar.

–Comentaba su amigo Rubén Cruz que es el boquerón y la sardina lo que más dinero les da, ¿esto me imagino que usted también lo vive?

-El boquerón y sardina es lo que da las mejores semanas, pero en el puerto de Almería capturamos mucho jurel y caballa. Vamos por el caladero Mediterráneo y nos desplazamos cuando más caro es y nos dedicamos a ello. Hay días que sacas mucho y días que poco. No influye solo lo tuyo sino que se compara todo, lo que se pilla en todos lados. Está globalizada la lonja, compites a un nivel nacional. A veces nos afecta hasta lo del Adriático.

–En la revuelta del campo ha habido un ‘tirón de orejas’ a quienes su relación con los productos es, simplemente, consumirlos. Dicen que no se esmeran mucho en mirar el etiquetado. ¿Lo comparte?

-Hay gente de todas las maneras, que se preocupa más y otra que va a lo barato. Si lo de fuera es más económico, la gente se va ahí. La calidad no es mejor si lleva de 72 horas capturado, no es lo mismo que desde el puerto local. Es lo mismo que con un tomate, el que corta un agricultor y al día siguiente en la mesa es mejor.

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