La subida de los precios de los insumos y otros costes de producción afecta al conjunto del sector hortofrutícola, campo y comercialización. Si se comparan los datos a fecha del 1 del pasado octubre en Almería con los del mismo mes de 2020, “se observa que la rentabilidad de de agricultores y empresas está en serio peligro”, señala la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería, Coexphal. Y estos datos pueden quedar ya obsoletos porque los precios han seguido escalando.
De acuerdo a la organización, en producción el incremento de costes totales varía, dependiendo del cultivo, entre el 9,6% y el 11,2%. Así, por ejemplo, en el caso del tomate larga vida los costes medios suben un 11%, un 9,6% en el caso del pimiento California, un 10,6% en pepino Almería, cifra similar que en berenjena, mientras que la variación de los costes medios de producción de calabacín suben un 11,21%. En el campo, según Coexphal, los conceptos de costes más afectados son los fertilizantes, con un aumento de más del 40%; la energía y el gasoil, un 77% y un 25% más caro respectivamente. A esto hay que sumar, la fuerte subida de los componentes necesarios para el mantenimiento y construcción de los invernaderos: plásticos, elementos de hierro y acero, así como, otras materias primas indispensables, que de media alzan su precio en más del 20%. “En términos absolutos, esta situación implica que el agricultor necesita que su liquidación de precios aumente de forma muy importante para compensar todas las subidas”.
Una solución: que la distribución suba los precios pagados
Los datos que facilita Coexphal referentes a las empresas de manipulado muestran que la situación también es crítica. Los costes se han disparado un 11%, como consecuencia del aumento de la energía, los envases o embalajes de plástico o cartón (casi un 18% de media). Desglosado por algunos tipos de cultivos como en el caso del campo, para las firmas el manipulado de tomate larga vida representa una subida de costes de un 11,3%, cifra similar a la que se registra en el caso de la berenjena; un 11% en los cultivos de pimiento California y pepino Almería y un 11,2% en el caso del calabacín.
Con esto, las comercializadoras deben afrontar en esta campaña también el resultado de la firma del convenio del manipulado, que va hacer que los costes laborales suban este año un 10%. Si a los costes de manipulación se suma el incremento de los costes de suministro de producto, es decir, lo que tiene que ser pagado al agricultor, el precio de venta o salida de almacén va a tener que crecer para que las empresas no pierdan rentabilidad, tal y como exponen de la asociación.
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