Descubren cómo producir tomate cherry en el espacio

Tomate cherry espacial

  • A través de ingenieria genética, hallan cómo mejorar en un 80% la resistencia del tomate a la plaga Spodoptera en invernadero

El desarrollo se ha llevado a cabo con tomate cherry.

El desarrollo se ha llevado a cabo con tomate cherry. / Fran Leonardo

La ciencia ha sido capaz de desarrollar una pequeña planta de tomate apta para ser cultivada en estaciones espaciales. En concreto, se trata de un tomate cherry. El material se obtuvo a partir de un cultivar de tomate cherry, modificando uno de los genes de una familia que se venía estudiando desde hace 10 años, explica la doctora Martha Lucía Orozco, ingeniera agrónoma de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira y Ph. D. en Fisiología de Plantas de la Universidad de Washington.

La investigadora, con su equipo de trabajo, adelantó el proceso de ingeniería genética para desarrollar esta planta en el Centro de Investigación en Ingeniería Genética de la Universidad de California.

La doctora Orozco corroboró que se trata de la planta de tomate más pequeña del mundo, más que la variedad Micro-Tom reportada en la literatura científica y con la que se hizo la prueba de control, pero la planta desarrollada por ella resultó ser todavía más chica, detalló.

Gracias a este hallazgo, a principios de este año el equipo de la investigadora fue uno de los dos elegidos por la NASA como destinatarios de financiación en la categoría de “plantas”, por la posibilidad de cultivar tomate en áreas más reducidas dentro de las estaciones espaciales.

La planta de tomate despertó interés en la agencia estadounidense porque el multiplicarla podría aportar a la calidad de vida de los astronautas en el espacio, pues además de ser una fuente de alimento, como ser vivo que requiere de cuidado y atención sería un aporte a la estabilidad emocional de los astronautas, comentó la experta.

Gracias a este avance, el equipo de investigación fue uno de los elegidos por la NASA para sus proyectos en la categoría de ‘plantas’

Esta variedad “florece y produce raíces como cualquier otra, pero en tamaño muy reducido. Además se destaca por producir más semillas que el tomate cherry”, destaca. “En el proceso se implementó la técnica moderna de edición de genes usando la tecnología de CRISPR. Lo que hicimos fue la eliminación puntual (mutación) en uno de los nucleótidos del gen que controla el tamaño de la planta”, asegura la investigadora.Como directora del Centro de Investigación en Ingeniería Genética de la Universidad de California, cargo que ocupa desde 2002, la doctora Orozco defiende este tipo de trabajos por permitir el mejoramiento más rápido, dirigido y preciso de los cultivos. En su trayectoria ha obtenido varias patentes relacionadas con métodos para mejorar la resistencia y el crecimiento de plantas en condiciones de estrés. En estos procedimientos trabajó con cultivos de tomate y papa, entre otros.

En investigaciones previas en torno al cultivo de tomate en la Universidad Estatal de Washington, la doctora Orozco contribuyó a identificar por primera vez en la historia un polipéptido hormonal que se mueve de una célula a otra para activar sistémicamente las respuestas de defensa de plantas ante las plagas o el estrés.

Con ese hallazgo, y a través de procesos de ingenieria genética, se pudo mejorar en un 80 % la resistencia del tomate a la plaga Spodoptera spp. –una de las que más afecta el cultivo en el mundo– en condiciones de invernadero.

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