El Centro Penitenciario de Almería - El Acebuche ha decidido restringir de forma provisional las comunicaciones con el exterior de los presos debido a la alta incidencia de la COVID-19 en la provincia. Actualmente la tasa es de 542,5 casos por cada 100.000 habitantes, lo que supone un riesgo extremo según el Semáforo COVID aprobado por el Gobierno.

Las comunicaciones son un factor de riesgo, ya que se producen con personas del exterior del centro penitenciario y existe un contacto directo con los internos. No obstante, desde la prisión almeriense han indicado a este diario que actualmente "no hay ninguna circunstancia interna" que exija extremar las precauciones, ya que todos los presos están vacunados y "se cumplen las medidas de seguridad sanitaria, como el uso de mascarillas". 

Por el momento, y hasta que baje la tasa de incidencia de la COVID-19 en la provincia, las comunicaciones de los internos con sus familiares deberán celebrarse sin contacto, es decir, tan solo a través de los cristales. 

En este mismo sentido, el centro penitenciario ha decidido suspender los permisos de salida, igualmente de forma provisional debido la incidencia del coronavirus.

Estricto protocolo sanitario

En el Centro Penitenciario El Acebuche se sigue un estricto protocolo sanitario para evitar contagios por COVID-19. Es obligatorio el uso de mascarilla, la distancia social, higiene de manos, etc. A finales de junio, el director de la prisión, Miguel Ángel de la Cruz, emitía una orden por la que se requería a los internos que utilicen mascarillas higiénicas en todas las situaciones en las que tengan una relación directa o presencial con otras personas, excepto en el caso de indicación médica.

Por ejemplo, deben usarla al salir y entrar de las diligencias judiciales o de atenciones sanitarias hospitalarias; si realizan actividades laborales en el centro; si participan en cursos de la Entidad Estatal Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo (EETPFE); acuden a la enfermería o salen de sus módulos. Es más, deben utilizar mascarillas quirúrgicas con mayor “poder de filtración” si presentan síntomas de covid-19, se encuentran en módulos confinados o desempeñan funciones en destino que requieren de una movilidad por el centro como el reparto de comida, limpieza de zonas comunes, etc.