Almería

Amat exige al PP la abstención para aprobar una propuesta de la oposición

  • PSOE e Indapa pidieron la derogación del proyecto de Las Salinas · El alcalde invita a la Plataforma, que seguirá concentrándose, a conocer toda la información y no descarta modificar el PGOU

La democracia, el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, se quedó ayer unas horas en el salón de plenos del ayuntamiento de Roquetas de Mar y ordenó poner orden en los asuntos locales, dictando al alcalde Gabriel Amat que escuchara los lamentos de los afectados por la reparcelación y urbanización de Las Salinas, y la moción presentada por la oposición de PSOE e Indapa obligó al equipo de gobierno del Partido Popular a abstenerse para que fuera aprobada y pudiera salir adelante. La voz de los vecinos se escuchó alta y clara exigiendo con sus dramáticos casos concretos que la paralización del polémico proyecto fuera efectiva y no burocrática. El alcalde, ejerciendo como presidente de la corporación, como presidente de todos los roqueteros, obligó a su mayoría absoluta a que se abstuviera para que la moción de la oposición saliera adelante. Era la primera vez que la alcaldía de Amat soportaba, en quince años de gobierno mayoritario, una oposición tan intensa y contestataria. Fue un Pleno municipal que recordaba a los de los años en que Juan Emeterio Martínez Romera o Julio Ortiz fueron alcaldes, cuando el interés de los vecinos era tan intenso en los asuntos de la política local que los agentes policiales estaban más atentos a evitar disturbios en el interior del ayuntamiento que a poner multas de tráfico en la calle. La diferencia era que ayer los propios concejales y ciudadanos cortaron inmediatamente cualquier atisbo de insulto y fue la argumentación y la palabra la que salió triunfante. La concejal del PP Eloisa Cabrera y un vecino se pidieron públicamente excusas por haberse dejado llevar por los nervios en sus expresiones. El alcalde tomó la vara de mando y asumió las críticas reiterando su único deseo de escuchar a todos los afectados y de reunirse con ellos uno por uno. Le exigieron que la paralización del proyecto de Las Salinas se les diera por escrito, pero Amat insistió en que ya lo estaba, tal y como reza en el dictamen de la última comisión de gobierno local. Sin embargo el alcalde advirtió que la moción era ilegal y nula de pleno derecho, porque así lo declaraba un informe del secretario municipal, quien argumentó que "el derecho de participar en el urbanismo está abierto". El candidato socialista a la alcaldía, Juan Ortega, considerando que la nueva postura de Amat era mero electoralismo, creía sin embargo negativamente que podía tratarse de un truco porque "ahora la responsabilidad recae en los concejales que han votado la moción". Al finalizar la sesión, la Plataforma reiteró que seguía sin tener claro el compromiso del alcalde en paralizar el proyecto, aunque no dudaban de su honestidad, por lo que iban a seguir las concentraciones en cada sesión plenaria. "Cuando me toque verle, señor alcalde, concédame toda una hora que tengo muchas cosas que decirle", exclamaba una vecina, "porque no puedo ni entrar a mi invernadero, ya no tengo camino y me han dicho que presente una denuncia". Otro, alzando los brazos, nervioso y aguantando las lágrimas exclamaba ante Amat, "llevo dos años sin poder cultivar. Yo muchas veces me he sentido orgulloso de usted por ser mi alcalde pero ahora me quedo sin nada y solo me dan castillos en el aire". La portavoz de la Plataforma, Raquel Peinado, afirmó que "no estamos manipulados por nadie. Solo estamos manipulados por el pan que nos falta para comer y el techo que nos cobija que podemos perder. Ningún partido nos manipula. Vamos a cumplir la ley, pero reivindicamos la seguridad jurídica. Ha habido indefensión por la grave ausencia de comunicaciones a los propietarios, y pedimos la paralización y retirada de todas las actuaciones derogando el acuerdo de la junta de gobierno". El tono conciliador del alcalde provocó que el propio Amat le invitara a recibir todo tipo de información sobre el proyecto como si fuera una concejal más, "y desde el lunes puede venir al ayuntamiento para explicarle todo tipo de detalles que necesite". La actitud de Gabriel Amat hizo que incluso el concejal de Indapa, José Porcel le agradeciera públicamente su disposición al diálogo: "si cumpliera usted con la austeridad tendría todo nuestro apoyo".

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