Almería

Carga policial contra los familiares

  • Sobrepasan el cordón de seguridad para agredir al detenido en el juzgado.

El detenido, Hamid de 31 años, llegaba a las nueve menos veinte minutos de la mañana en el furgón de la Guardia Civil que lo trasladaba desde la Compañía de El Ejido, donde estuvo arrestado durante poco más de 48 horas, hasta la puerta de los Juzgados de Berja. Minutos antes, la Policía Local ya mantenía cerrada al tráfico la calle Faura, donde se ubican los tribunales y la zona se llenaba de efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil que impedían el paso a viandantes y curiosos.

Los vecinos y familiares no comenzaron a acercarse hasta pasada más de una hora, mientras el presunto asesino de Mari Carmen continuaba declarando ante el juez. El instituto armado seguía manteniendo un fuerte cordón policial tanto en las calles Faura, Miguel Salmerón y El Fuerte, en las que poco a poco se iba caldeando el ambiente.

Minutos después comenzaron a escucharse gritos de corte racista e insultos dirigidos al juez y a las fuerzas de seguridad allí presentes. Los momentos de tensión máximos se vivieron cuando dos de los familiares de la víctima lograron atravesar el cordón que impedía el paso a la calle principal de los juzgados y donde los efectivos tuvieron que reducir mediante la fuerza al hermano de la fallecida y una tía suya. A él se le introdujo en el edificio judicial durante un tiempo para evitar más enfrentamientos y que la tensión fuera en aumento. Por parte de algunos individuos incluso se lanzaron botellas de agua contra los agentes.

Además tuvieron que utilizar disparos al aire para disuadir la concentración de personas que querían, por todos los medios, acceder hasta Hamid, o al menos ver cómo era introducido en el furgón que lo llevó ayer a mediodía hasta el centro penitenciario.

La rabia de vecinos y familiares producida por la impotencia contenida por no haberse podido acercar hasta el juzgado se desató alrededor de las doce y media en otro escenario del pueblo, el de la Plaza de la Constitución. A las puertas del Ayuntamiento de nuevo prosiguieron los gritos racistas y la increpación a la Guardia Civil e incluso gritos contra el alcalde de Berja, Antonio Torres. En este punto se produjeron varios daños a uno de los vehículos de las patrullas de la localidad, al que destrozaron el espejo retrovisor, parte de las sirenas y los limpiaparabrisas.

En la plaza, otra de las familiares sufrió un desmayo y fue evacuada en un vehículo particular hasta el centro de salud porque la ambulancia que fue requerida se demoró más de treinta minutos.

Las consignas racistas se propagan ahora de manera imparable por cualquiera de las redes sociales existentes. Los navegantes piden, entre otras cuestiones, la pena de muerte. A partir del mediodía el municipio permaneció más tranquilo pese al dolor que ha provocado en los vecinos la muerte de Mari Carmen Marín, una vecina por la que el pueblo entero reclama justicia.

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