Almería

Mabel descarta denunciar a Miguel Cazorla y Rafael Burgos en el juzgado por acoso laboral

  • La concejal quiere crear una asociación en defensa de las víctimas de 'mobbing'

Mabel descarta denunciar a Miguel Cazorla y Rafael Burgos en el juzgado por acoso laboral

Mabel descarta denunciar a Miguel Cazorla y Rafael Burgos en el juzgado por acoso laboral

Con un correo electrónico, en el que solicita la baja inmediata a su partido, la concejala del Ayuntamiento de Almería Mabel Hernández se ha despedido de Ciudadanos. Esta vez, "sin vuelta atrás y para siempre", y con la intención de no pleitear ante un juzgado ordinario la situación de acoso laboral que la también abogada asegura haber sufrido durante tres años de legislatura por parte de sus dos compañeros del Grupo Municipal, el portavoz Miguel Cazorla y el edil Rafael Burgos. Ciudadanos puede respirar.

El terremoto Mabel Hernández podría tener sus consecuencias más allá del hecho de haber desequilibrado la composición de fuerzas políticas en el Casa Consistorial al dejar la bancada naranja pero no su acta de edil, en un momento, además, crucial de cara a las próximas elecciones. En plena negociación entre Partido Popular y Ciudadanos de los presupuestos de 2019, para cuya aprobación el equipo de gobierno solo necesitaría el respaldo de Hernández como concejal no adscrita. El PP, no obstante, quiere pactar con Cs. Nunca se sabe qué aliados dictará necesarios las urnas en mayo.

Temor en el seno de Cs a un pleito que podría influenciar la elección del candidatoHan sido tres años agobiantes. No he podido soportar más la tensión. Ha sido insostenible"

La salida en este sentido de Hernández del Grupo Municipal no conlleva tanto dolo al poder de Ciudadanos en la capital que el amago protagonizado el pasado verano. Primer respiro. Pero otro temor se acrecentada ayer en el seno del partido de cara a la elección de su candidato o candidata a la Alcaldía de Almería: el efecto china de una denuncia ante la Justicia en las quinielas a favor de Cazorla.

"No te digo ni que lo vaya a hacer ni que no. Sí puedo asegurarte que, hoy por hoy, presentar una denuncia no está en mi mente", responde Hernández, quien añade, para mayor veracidad a su contestación, que es abogada y, como tal, "valoro la Justicia y el trabajo que desempeña y por un tema personal, no me voy a meter en un juzgado", zanja el asunto, que califica, con tono tajante, de "patrañas".

Patrañas o no, el recelo dentro del partido tiene como fundamento la denuncia formal que Hernández presentó contra Cazorla y Burgos por acoso laboral ante el Comité de Garantías y Valores de Ciudadanos. "Hubo muchas quejas antes por el trato que estaba recibiendo y, siguiendo recomendaciones, presenté la denuncia". De este registro han pasado varios meses. "Y todavía no me han contestado", indica.

Es parte de la "inoperancia" que achaca a su partido, que el verano pasado logró convencerla para que retornase al Grupo Municipal de Ciudadanos con una prometida mejora de la situación que, según la concejala, no solo no se ha producido, sino que el "aislamiento" al que se ha visto sometida por parte de sus compañeros ha ido en aumento. "Han sido tres años agobiantes, y no podía soportar ya más la tensión. Ha sido insostenible y, en el momento que no me dejan hacer el trabajo que me corresponde hacer, ¿para qué voy a pertenecer a un partido? Me marcho."

Su decisión de dejar de formar parte del Grupo Municipal de Ciudadanos y su cambio a la condición de concejal no adscrita se hará efectiva mañana en el Pleno. A diferencia que en julio de 2017, apenas hay margen de maniobra para renegociar con la edil. Tampoco, según Hernández, ha recibido en esta ocasión llamada alguna. Y tampoco esta vez ofrece ella misma margen alguno, según sus declaraciones. "Ni he tenido llamadas ni las quiero. Mi historia con Ciudadanos ha terminado. No quiero, absolutamente, saber nada más. No hay vuelta atrás".

Sus miras están dirigidas a otro horizonte. Aunque Cs le ha reclamado el acta de concejal recordándole la carta ética que el partido hace firmar a sus representantes, el cual entiende que los cargos públicos son de las siglas, constitucionalmente el acta es de la persona por encima de las reglas de cualquier fuerza política. Hernández continuará siendo concejala del Ayuntamiento, en calidad no adscrita -sin asignación por grupo y sin asesores-, y su propósito es darle la vuelta a la mala experiencia que expresa y constituir una asociación en defensa de las víctimas de acoso moral en el trabajo, "más útil y práctico" que denunciar su caso en el juzgado. "Moralmente he llegado a estar hundida, pero he sabido poner el pie en el freno a tiempo y me hecho muy fuerte", afirma con positividad Hernández, quien quiere recordar esta etapa de su vida en el Ayuntamiento con "satisfacción". "Es un honor y un privilegio formar parte de la Corporación, servir a la ciudadanía es una experiencia única", remachó por último.

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