Impactante, y no en el buen sentido del término, es la imagen que ofrece el entorno del Hospital Universitario Torrecárdenas, que se encuentra sitiado por desperdicios de todo tipo. Restos de comida, latas y botellas, entre las que las sobresale la multitud de mascarillas desechables que no han ido a parar, precisamente, al cubo de la basura de las casas de los respectivos portadores.
Es la zona de los aparcamientos exteriores, cerca de donde antes se exponía la venta ilegal de vehículos, que el Ayuntamiento atajó meses atrás. Un espacio poblado de vallas, también ilegales, que el centro hospitalario se ha ocupado recientemente de retirar sin ser competencia propia.
Hay en la cartera de Salud una intervención de carácter paisajístico sobre esta cuesta, si bien, según apuntan, la limpieza de este entorno recae entre las responsabilidades del Ayuntamiento de la capital del que se espera una actuación, antes o después, de que sean abordados los trabajos para la plantación de especies vegetales que mejoren visualmente los alrededores del Hospital.
La necesidad de servicios municipales se hace patente, no obstante, en otros puntos del barrio. Incluso en infraestructuras del Ayuntamiento. Muestra de ello son las pistas polideportivas de Torrecárdenas, que se encuentran de igual modo rodeadas de vertidos variopintos, como preservativos y toallitas, además, de nuevo, de mascarillas. Se acumulan en solares sin la debida conservación que exigen las propias ordenanzas municipales y la disciplina urbanística.
Las pistas, cuyo precinto ha volado, acomodan un viejo sofá, cartones y basuras, mientras que presenta evidentes signos de requerir atención urgente de otros servicios. Las vallas se encuentran deterioradas y el murete parcialmente venido abajo en estas instalaciones deportivas con canastas sin aro y porterías sin red y que, a tenor del aspecto que presentan, son empleadas como lienzo para pintadas en lugar de ser espacio para la actividad física.
La falta de intervenciones de limpieza periódicas, desbroce de matojos, plantaciones y obras de reparación se hace palpable también en las calles del entorno, con necesidad de actuaciones sobre el acerado, como la calle donde se sitúa el concesionario Peugeot, con señales verticales de tráfico pintarrajeadas.
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