Almería

El Torreón de San Miguel abre sus puertas a un nuevo futuro

  • El alcalde anuncia una inversión de 400.000 euros para rescatar la atalaya como centro neurálgico del turismo

Años de reclamaciones vecinales y de incertidumbres sobre competencias quedaron ayer esfumadas con la visita al Torreón de San Miguel de Cabo de Gata realizada por el alcalde de Almería y miembros de su equipo de gobierno, el delegado de Turismo y representantes del Colegio Oficial de Arquitectos (COAA), que rubricaron con su presencia y apertura de puertas a los medios de comunicación que la intención, tantas veces anunciadas, de rehabilitar esta atalaya y darle una nueva utilidad a la que fuera casa cuartel de la Guardia Civil hasta la década de los 80 es, podría decirse ya, un hecho.

Los escombros, entre otros vertidos variopintos como un colchón, las pintadas y la herrumbre generalizada darán paso a una Oficina de Información Turística, que aspira a convertirse en el centro neurálgico de visitantes del Parque Natural. Además de historia y de un proyecto arquitectónico que pretende respetar al máximo las características de este torreón del siglo XVIII, aportando, no obstante, elementos singulares, la atalaya de San Miguel ofrece unas impactantes vistas panorámicas de Cabo de Gata y espacio suficiente para el acomodo de la nueva actividad contemplada en el Plan Turístico de Grandes Ciudades.

De las planificadas, será la primera actuación a abordar, una vez que se firme el convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía, con una inversión prevista para la recuperación de la torre de 400.000 euros aproximadamente. Cantidad suficiente para solventar los problemas de revestimiento detectados por el Colegio Oficial de Arquitectos, que presta asistencia técnica a la Concejalía de Promoción de la Ciudad, a la cual remitirá en breve el pliego de condiciones del concurso para la redacción del proyecto.

La estructura se encuentra "en perfectas condiciones de estabilidad y seguridad para los usos propuestos", indicó el decano del COAA, José Díaz, quien dio detalles sobre la actuación que será respetuosa con el torreón, dejando la introducción de "singularidad" al recinto perimetral. De finales de los 70, principios de los 80, el amurallamiento, sobre el cual se ha consultado a Cultura, no tiene valores históricos, ni arquitectónicos ni de calidad de materiales, por lo que se deja "libertad" a los arquitectos que concurran para "eliminar, sustituir o reponer" el mismo, ampliándose el ámbito de actuación al entorno colindante al objeto de reordenar la zona de aparcamiento y circulación, siendo respetuoso con la flora.

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