Almería

Para escapar de la rutina El Ejido y Adra

  • Los dos municipios del Poniente ofrecen turismo de sol y playa, deporte, golf, naturaleza, patrimonio y otras bondades. Cuentan con una excelente oferta hotelera y de servicios para el disfrute de su costa con playas equipadas y de calidad

El Poniente almeriense quizá es conocido por la agricultura intensiva bajo plástico, pero la comarca guarda tesoros dignos de descubrir. Hoy a través de estas páginas proponemos a los lectores un paseo por dos de sus bellos municipios, Adra y El Ejido. Sol y playa, naturaleza, patrimonio artístico, cultura, deporte… y un sinfín de motivos que convierten a estas dos urbes en destinos para escapar de la rutina y lograr el deseado descanso. El recorrido comienza en Adra, situado en el límite entre las provincias de Almería y Granada.

El pueblo, con más de 13 kilómetros de costa, cuenta con una serie de playas que en los últimos años han sido un atractivo preferente para acoger a un gran número de visitantes. Atendiendo a la excelente climatología de la que presume la provincia de Almería, son muchos los turistas que aún pueden disfrutar de la calidad y los equipamientos de las playas urbanas de la Caracola, de la Sirena Loca, del Carboncillo, de San Nicolás y del Censo.

En este municipio se puede disfrutar de una jornada de sol y baño frente al Mediterráneo pero también de deportes náuticos. El pueblo dispone del Real Club Náutico, centro que ofrece servicios a los amantes del sector desde el año 1972. Pero Adra ofrece mucho más que sol y playa, ya que presume de un destacado patrimonio artístico.

Desde el Patronato de Turismo de Almería proponen descubrir la exposición -con carácter permanente- que recrea la vida cotidiana de Adra en época romana. Alguno de los objetos expuestos fueron rescatados del yacimiento arqueológico del Cerro de Montecristo, una elevación natural sobre el nivel del mar, donde se asentó la población de Abdera (actual Adra), que es otro de los rincones de obligada visita.

La Iglesia de Santa María de la Encarnación (siglos XVI-XIX) y la Ermita de San Sebastián (siglos XVII-XVIII) son las dos grandes bazas de la arquitectura religiosa, que se complementan con edificaciones civiles del siglo XVIII como las Casas Señoriales levantadas por los Gnecco.

Otros lugares de interés son el Molino del Lugar, la plaza Vieja donde se levanta el monumento dedicado al músico abderitano Ángel Ortiz de Villajos Cano, el recinto amurallado de la villa de Adra, la Puerta del Mar y la antigua Torre de la Vela.

Otra de las grandes bondades de Adra es la gastronomía. La cocina abderitana recoge platos propios en los que se mantiene la tradición agrícola y marinera. La frescura del pescado y marisco, junto con la variedad y abundancia de hortalizas, hacen de su despensa una fuente de riqueza para los amantes del buen comer, que pueden saborear la olla fresca o los fideos aparte.

Tras dejar Adra, continuamos hacia El Ejido, una localidad con una extensión de 240 kilómetros cuadrados y que tiene 27 kilómetros de playas, algunas enclavadas en el entorno del Paraje Natural de Punta Entinas, y la Sierra de Gador. Zonas de baño accesibles, limpias y totalmente equipadas.

El municipio, que comprende El Ejido, Almerimar, Balerma, Guardias Viejas, Las Norias de Daza, Matagorda, Pampanico, San Agustín, Santa María del Águila y Tarambana, apuesta por un turismo de ciudad y de convenciones en El Ejido, residencial y hotelero en la Ensenada San Miguel y tradicional en Balerma y Guardias Viejas, que conservan la tradición marinera y donde se disfruta de unas vacaciones tranquilas en familia o amigos.

Uno de los centros turísticos por excelencia de El Ejido es Almerimar que presume de tener uno de los mayores puertos deportivos con 1.100 amarres y campos de golf. Las zonas residenciales y hoteleras junto a una amplia red de restauración para degustar su gastronomía -otra de sus bondades- complementan la oferta de este enclave, que se convierte en destino para disfrutar del sol y el baño, los deportes y el ocio. Pero Almerimar también presume de tener el centro de windsurf más grande e importante de la provincia, que gestiona Víctor Fernández, campeón del mundo de Windsurf 2010.

Turistícamente, El Ejido da los pasos también para abrir nuevos campos y trabaja con esfuerzo por convertirse en destino de turismo agrario por excelencia. Por este motivo, se ha firmado un convenio con un importante touroperador alemán que promocionará este destino turístico agrario en ferias internacionales. Enclave que ya ha contado con varias visitas de ingenieros agrícolas.

El Ejido, en definitiva, es un mar de sensaciones donde caben todas las posibilidades: turismo familiar, joven, cultural, deportivo, residencial y de compras. Una localidad que en los últimos tiempos ha logrado dar un giro de 180 grados a la oferta turística con un calendario continuo de actividades culturales, deportivas, lúdicas y gastronómicas, entre otras muchas, cuyo hilo común es la participación.

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