La capital se quedó ayer durante dos horas sin un solo taxi. Ni en el Paseo de Almería, ni en la parada de la Intermodal, ni en el hospital Torrecárdenas se podía encontrar un sólo vehículo del gremio. La bandera de servicio se bajó desde las once de la mañana hasta la una del mediodía y todos, con la excepción de la treintena de taxis que tenían guardia en la parada del Aeropuerto de Almería, se concentraron en la explanada del Auditorio Maestro Padilla para protestar contra el artículo 21 de la nueva Ley Ómnibus que fue aprobada ayer por el Congreso de los Diputados.

Más de 200 profesionales no prestaron un solo servicio en esas dos horas para protestar contra la norma que liberaliza el sector y permite, como argumentaron en la concentración, que "cualquiera pueda coger un vehículo y llevar a la gente". Los taxistas de Almería, al igual que los del resto de las provincias del país , mostraron su rechazo a la nueva ley aprobada ayer y que modifica 47 normas con la intención de adaptarlas a la directiva europea de servicios.

Antonio García, presidente de la gremial del taxi en Almería, asegura que "ha sido un paro total para demostrarle al Gobierno el grave perjuicio que nos causará la Ley Ómnibus porque traerá más pérdidas para unos trabajadores que aún sufrimos los efectos de la crisis económica". A juicio del presidente de la agrupación de taxistas, "si en la ciudad meten 40 ó 50 coches autorizados para el transporte público de personas las pérdidas del sector serán más que considerables porque ellos bajarán los precios y nosotros no podemos competir en tarifas".

Los taxistas almerienses están a la espera de lo que decidan desde la Federación Nacional y no han descartado otras movilizaciones para que el Gobierno retire la ley.