El barrio de Los Almendros de la capital ha pasado, en los dos últimos años, por el mayor proceso de renovación eléctrica de la capital. La intención del Ayuntamiento y de Endesa era llevar a cabo un proceso de regulación y tomaron todas las medidas oportunidad y necesarias para conseguirlo, invirtiendo, entre todos los procesos, una cantidad cercana a los 700.000 euros. Pero de poco ha servido, tan solo una treintena de viviendas, de las 300 que tiene registradas el barrio, cumplen con los pagos a la compañía eléctrica. El resto se las ingenia o vive de los enganches.

Para que Los Almendros regularizara su situación y aumentara su potencia eléctrica hasta el nivel requerido, se instaló una nueva red general, la más moderna de la capital, con el fin de dar el servicio adecuado a los vecinos del barrio. Esta red podría haber soportado tres veces el consumo máximo establecido para el barrio.

Con estos trabajos, Los Almendros se convertía en un barrio con un abastecimiento adecuado a sus necesidades. Todas las viviendas -un total de 295- contaron entonces con contador propio. Algo que no sucedía con anterioridad. Es cierto que la precariedad económica de los vecinos de esta zona hace complicados los pagos, pues, en principio, para regularizar el servicio había que abonar casi 400 euros, sin embargo, Endesa dio facilidades y este pudo ser abonado mediante mensualidades.

Pero los enganches siguen existiendo. Ya hubo problemas de colapso justo después de finalizar las obras. Y al final, el asunto terminó explotando de la peor forma posible. La compañía construyó en el barrio el abastecimiento eléctrico más moderno de la capital, que tuvo un coste aproximado de medio millón de euros. Los cables se quemaron y había que volver a reformular el sistema aprovechando lo que se pueda. Las fuentes consultadas por Diario de Almería no solo apuntan al uso doméstico de electricidad para rutinas habituales, si no también por el cultivo de marihuana, algo que también ha dado problemas en distintos barrio como el de La Chanca, con manifestación incluida de sus vecinos para que se pusiera fin a esta práctica.

La única solución es realizar una instalación aérea. Con esto no se puede atajar el problema de los enganches ilegales, pero, al menos, se devolvería a la normalidad a la zona. Hay que recordar que fueron muchos los que en su día exigieron a las administraciones que se regularizara el uso de la electricidad en la zona, sin embargo, no todos estos se han terminado sumando a sus propias peticiones, pues tan solo son 26 los clientes que la compañía tiene en un barrio donde hay cerca de 300 viviendas.

El caso es que parte del trabajo realizado en la zona no ha servido para nada. Se llevó a cabo la legalización de aquellas viviendas y construcciones del barrio que no constaban y que el Ayuntamiento realizó a través de la figura jurídica de los AFO (Asimilados Fuera de Ordenación). En los últimos treinta años en Los Almendros se hicieron dos y hasta tres viviendas de una sola. Y por medio de esta medida el barrio ya está ajustado a su verdadera realidad social.

En el caso de Los Almendros, este es un barrio con dificultades económicas, tiene una tasa de paro superior al 70% y eso hace que muchas familias, por no decir la mayoría, no puedan hacer frente al pago de los servicios, incluso esos que son necesarios para subsistir como el agua y claves para las actividades fundamentales, como la luz.