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Un municipio en que la tranquilidad es seña de identidad junto a la agricultura

  • Padules se ubica en la comarca del Alto Andarax y destaca por mantener una fisionomía urbana en armonía con sus casas blancas con el enclave natural sobre el que se asienta

El pequeño municipio de Padules, es un pueblo perteneciente a la comarca del Alto Andarax, situada al oeste de la provincia, en una zona eminentemente agrícola, cuya mayor riqueza está en el cultivo de viñedos y olivo. Su fisonomía urbana aún conserva una armonía y rasgos tradicionales, lo que le proporciona un aire de tranquilidad y sosiego, realzado por la Iglesia de estilo mudéjar, un conjunto que no desentona con el entorno en el que se asienta. El municipio cuenta en la actualidad con 500 habitantes según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística.

Su nombre significa pequeñas lagunas, ya que cerca de la población había unos manantiales. Su origen es hispano-romano, aunque otros piensan que es de origen árabe. Existe en toda la zona una gran riqueza arqueológica, señal de poblamientos de otros tiempos.

Durante la época nazarí perteneció a la taha de Lúchar. La conquista cristiana a finales del siglo XV y la sublevación morisca de 1568 y su posterior expulsión del Reino de Granada, marcaría su historia hasta nuestros días. En el año 1569 don Juan de Austria se instala aquí con el fin de terminar con el levantamiento de los moriscos.

Tras la expulsión de los moriscos en 1570 la repoblación de la zona se llevaría a cabo con cristianos viejos, en su mayoría procedente de Andalucía Oriental, Castilla-La Mancha y Valencia.

En el último tercio del siglo XIX y principios del XX su economía se vería orientada, como en otras zonas de la provincia, hacia la producción de la uva de Ohanes para la exportación, pero las crisis europeas de principios de siglo acabarían con este comercio. La producción de vid se orientó entonces hacia pequeñas explotaciones para la obtención de vino, que comienzan a ser muy apreciados.

Aunque se han perdido las tradiciones de El entierro de la zorra y La marranica, aún se conserva la del Resucitaíllo el Sábado de Gloria, en la que con macetas y ramas de álamos del río se reviste la plaza de la iglesia para la procesión a las seis de la mañana de Jesús y María que tras recorrer el pueblo por separado terminan por juntarse en la plaza.

El patrimonio de Padules no es muy abundante. Destaca los restos de la Casica de los Moros, la cual pudo ser una balsa realizada en mampostería. También hay que destacar, elementos de carácter histórico y artístico como es la Iglesia Parroquial de Santa María La Mayor, procedente del siglo XVI y estilo mudéjar.En el último cuarto de siglo XIX se transformó el sentido de su espacio interior al cegar la puerta de sus pies.

La iglesia original fue quemada en 1568, aunque sólo 11 años después se comenzó su reconstrucción por orden del arzobispo de Granada. El interior de la iglesia tiene una decoración muy original con sillones hechos con troncos de castaño y la pila bautismal de una pieza de molino.

La vega de Padules se encuentra a mitad de camino entre el Parque Natural de Sierra Nevada y la Sierra de Gador.

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