Las Religiosas de María Inmaculada apuestan por la Formación Profesional y así lo demuestra el Congreso FECORA. Fe, corazón y razón son los tres pilares fundamentales que dan nombre a este Congreso, cuyo objetivo es suscitar en los estudiantes el entusiasmo por aprender mediante la investigación, el trabajo en equipo y el uso de las nuevas tecnologías.

El director pedagógico del Centro Educativo María Inmaculada de Almería, Joaquín Tarifa, subraya la importancia de esas tres palabras y explica que esta iniciativa conlleva “un proceso, un trabajo de investigación por parte de nuestros alumnos de ciclos formativos sobre temas de actualidad, relacionándolos siempre con su módulo”. “Las ganadoras de este año son del ciclo de Atención a Personas en Situación de Dependencia”, señala. Efectivamente, el trabajo realizado por Rosario del Pino, Alba Gómez, Mari Santiago, Estefanía López y Nicole Andrea Vázquez, que se centra en los pisos tutelados para las mujeres que han sido víctimas de la violencia de género, ha sido el elegido para representar a este centro almeriense en el Congreso FECORA, que este año se celebrará en Madrid y en el que competirán 16 centros de las Religiosas de María Inmaculada.

En el caso de que este equipo se alce con el oro, la siguiente edición tendrá lugar en Almería, aunque el objetivo -explica el director pedagógico- es también que todos los grupos compartan sus proyectos y experiencias.

La directora titular del centro, la hermana Julia Sánchez, subraya que este congreso se inició en 2006 y destaca a su vez el carisma de su fundadora, Santa Vicenta María, que “lucho por la mujer”. “Cuando hablamos de la igualdad de la mujer, ella fue la pionera. En este congreso se ve reflejado también el carisma de la congregación.

Un carisma que, aseguran los responsables del centro, se ve reflejado en el trabajo de estas jóvenes y que ahora pueden “hacer un gran papel a nivel nacional”. Elena Márquez, tutora de las chicas, considera que el ”punto fuerte” de este proyecto es la información con la que cuentan, ya que “no se quedaron con lo primero que sale en una búsqueda de Google”.

Rosario indica que dispusieron de datos de toda Andalucía que les entregó el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM). “Quisimos tratar este asunto porque no mucha gente sabe que existe este recurso, y es importante que las mujeres y menores que estén en estas circunstancias se puedan acoger a él. A partir de ahí, intentamos también entrar en lo que es la violencia de género”, añade.

Alba Gómez reconoce que ella misma desconocía la existencia de estas viviendas tuteladas, que además se ofrecen a personas mayores o con discapacidad física o intelectual. Y en esta investigación descubrieron, por ejemplo, que el año pasado se produjo un incremento del 17,43 % en la cifra de mujeres que accedieron a dichos pisos tutelados y centros de acogida. Además de la parte más teórica, su proyecto cuenta también con una faceta escénica, ya que las estudiantes simulan un documental en el que Estefanía hace de psicóloga, Nicole de presentadora, etc., con la intención de trasladar de una forma más directa. “Tenemos una presentación programada, en la que explicamos con detalles más técnicos este asunto, y también hacemos una exposición como de mini teatro, con esta especie de documental de Netflix que se estrena para hablar de estos casos”, abunda.

Elena Márquez, la hermana Julia Sánchez y Joaquín Tapia.

Aunque la materia de este trabajo es especialmente dura, ya que aborda una de las peores lacras sociales de la actualidad, la tutora Elena Márquez subraya que se ha intentado dar una “visión positiva”. “No nos hemos centrado tanto en lo que es la violencia de género y en las víctimas de violencia de género, sino más en la ayuda que ofrecen los pisos tutelados y también en los recursos, en los distintos tipos de ayuda que tienen, y lo hemos enlazado también con la fundadora de del centro”.

En esta línea, Rosario considera que su labor podrá ayudar a ofrecer una “información real para una mujer que se encuentre en esa situación y no sepa qué puede hacer, qué recursos, tanto económicos, como laborales o de acogida, tienen a su disposición”. “Y es importante que lo sepan, porque muchas están atemorizadas”, concluye.