Tráfico

Desierta la mejora de la rotonda del Cable Inglés con la que restar accidentes

  • Ninguna empresa ha presentado oferta a la licitación del Ayuntamiento, que busca un acuerdo para efectuar los cambios ideados

Rotonda del Cable Inglés

Rotonda del Cable Inglés / Rafa González

La reconfiguración de la rotonda del Cargadero del Mineral o Cable Inglés planificada por el Ayuntamiento de Almería con la intención de reducir los pequeños alcances que se producen con más frecuencia de la conveniente y, sobre todo, la ralentización del tráfico procedente de vías que soportan una gran densidad de vehículos, como la avenida de Cabo de Gata y las carreteras de Ronda y de Sierra Alhamilla, tiene que esperar. Ninguna empresa ha registrado oferta para hacerse con esta actuación, consistente básicamente en un repintando de carriles, evaluado económicamente por una cantidad inferior a los 3.000 euros.

Quizá el bajo presupuesto, o que la oferta se lanzó en plenas vacaciones, sea causa de que la Gerencia de Urbanismo haya tenido que declarar desierta esta actuación. Aun de mínimo coste, es de gran interés para el Consistorio desde el punto de vista de seguridad y movilidad, por lo que los técnicos de Urbanismo están abordando un negociado que, según informa, saldrá en breve.

La rotonda fue construida en 2010 como la mejor solución a uno de los puntos conflictivos desde el punto de vista vial de la ciudad, el cruce de varias de las arterias que mayor densidad de tráfico soportan. Pero la glorieta del Cargadero del Mineral, si bien corrigió en buena medida las situaciones de riesgo de accidentes, aún no ha hecho desaparecer en su totalidad la inseguridad de los cruces del tráfico procedente de la Vía Parque, avenida de Cabo de Gata y las carreteras de Sierra Alhamilla y Ronda, además del centro ciudad por Oliveros.

Los cambios a efectuar fueron evaluados por la Gerencia de Urbanismo a principios de año, y consisten en modificar la señalización horizontal y vertical de tal manera que en toda la glorieta se mantengan los tres carriles sin que, como ahora, estos se reduzcan a dos, lo que dificulta a los conductores las incorporaciones y salidas.

La idea no resulta, a priori, complicada ni tampoco requiere de grandes inversiones, mientras que la efectividad pretendida hace que para el Consistorio sea más que rentable “fresar y repintar”, haciendo que la rotonda mantenga en la totalidad de su circunferencia tres carriles y no que éstos se vean reducidos a dos en determinados tramos.

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