Esta noche el centro de Pulpí volverá a acoger un espectáculo único en el que las chispas, el estruendo de los cohetes y el olor a pólvora son las protagonistas. Y es que esta noche -y mañana domingo- los toros de fuego, que el Ayuntamiento intenta promocionar y fomentar, vuelven a correr por las calles del pueblo. Unos astados a los que desde el pasado miércoles plantan cara cada noche los pulpileños más atrevidos. También muchos visitantes que se acercan a la localidad atraídos por una de las actividades festivas más famosas de las fiestas en honor a San Miguel.

Los toros de fuego es uno de las señas identificativas de la feria pulpileña. Se trata de una tradición que se remonta hasta los años 60. Entonces únicamente corría un solo toro el domingo de fiesta. Ahora todas las noches hay varios toros que llenan de chispas el centro de la localidad y hace las deliciosas de un gran grupo de valientes que se ponen delante de un armazón metálico, que imita la forma de un toro, con un bastidor repleto de elementos pirotécnicos (cohetes carretilla, pólvora prensada...).

Es tal la tradición, heredada de generación en generación, que hasta los más pequeños no han querido quedarse al margen de esta actividad propia de Pulpí, que ellos también cuentan con sus pequeños toros de fuego, que han corrido desde el pasado miércoles. Aquí cabe recordar que fue en 1995 cuando se organizó la primera corrida infantil.