Senderismo
  • El característico símbolo de los indios americanos marca el final de diferentes rutas senderistas, tanto en espacios naturales del Poniente como en el Valle del Almanzora

  • Hay tres instalados (Enix, Felix y Macael-Laroya), uno a la espera de permisos en Punta Entinas y alguno más en proyecto

  • Así son los tótems con los que cuenta la provincia

Los tótems se hacen ‘autóctonos’ de las sierras de Almería

Un grupo de senderistas ante el novedoso tótem de Felix. Un grupo de senderistas ante el novedoso tótem de Felix.

Un grupo de senderistas ante el novedoso tótem de Felix.

Escrito por

· Pablo Laynez

Redactor

Como la Puerta de Alcalá, que ahí está viendo pasar el tiempo, diferentes tótems divisan y vigilan sierras y valles de la provincia de Almería. De un tiempo a esta parte, sobre todo en los últimos años en los que la ciudadanía ha retomado la buena costumbre de salir y disfrutar del aire libre, estas imágenes que imitan a las de los indios americanos se han convertido en especies autóctonas de la provincia.

Posiblemente el más emblemático sea el del camino de las antenas de Aguadulce, que está instalado en término municipal de Enix. Allí suben diariamente decenas de senderistas, corredores o ciclistas de montaña, que buscan la liberación que supone ese contacto con la naturaleza, esa brisa fresca que atraviesa la cara sur de la Sierra de Gádor. A lo largo de la semana, el número de ‘indios’ que van a rendir pleitesía al emblema se multiplica por diez o por veinte.

A éste se le han unido varios primos, tallados y pintados cual obra de arte. Punta Entinas tenía el suyo hasta hace pocas fechas, que fue retirado a la espera de los correspondientes permisos municipales. Más recientemente se han instalado otros dos, que tienen una importante legión de amantes aventureros, en zonas muy diferentes de la geografía provincial: Felix y Macael.

El más impresionante es el que hay en la Fuente del Lentisco, que se ha colocado hace unas pocas semanas. Es una auténtica maravilla, tallado y colocado por el grupo deportivo roquetero Pies Negros. Son 615 kilos de peso, un enorme tronco trabajado con esmero, pasión y cariño por Juande Contreras, pintor, corredor y buena persona. “No sé ni de dónde he sacado el tiempo para hacerlo, ha sido un trabajo duro de ocho meses a martillazo limpio para el que me ha ayudado mi compañero pies negros Antonio Fernández. Trabajábamos, tallábamos y entrenábamos a la hora que podíamos. Por fin lo hemos terminado, instalado y ahora es un placer subir a la Fuente del Lentisco y verlo en todo su esplendor”, dice orgulloso el creador de los tres tótems del poniente almeriense.

Como pueden imaginarse, subir la Sierra de Gádor para instalar estas recreaciones indias fue una auténtica romería de senderistas. El de Punta Entinas, aunque en terreno arenoso, fue más sencillo al no haber tanto desnivel. Sin embargo, llegar a las alturas de Enix (270 kilos) primero y Felix (615 kg.) después, supuso un reto mayúsculo. “Los hemos transportado a peso, un grupo grande los hemos subido por los caminos. Fue impresionante ver cómo girábamos el de Enix para salvar una curva muy pronunciada que hay [está situado en un pequeño saliente de la montaña, al que se accede por un pequeño camino de tierra con un tajo imponente si echas la vista abajo] o cómo levantábamos el de Felix, con unas poleas y la buena voluntad de todos los que ayudaron”, relata Juande.

Ahora, la idea de los Pies Negros no es la de dejar allí sus tótems instalados y listo. Además de la reparación y el cuidado que les procesan siempre que es necesario, el grupo deportivo caracterizado por correr descalzo o con calzado minimalista, tiene pensado establecer un sendero que una a ambos primos indios, por supuesto bajo el nombre de Ruta Pies Negros. Esto es, salida desde el tótem de Felix en dirección al Mirador de Aguadulce, pasando por los molinos del Marchal, Enix, el tótem de dicho pueblo y la llegada a los ventiladores, donde estos intrépidos deportistas quieren instalar un nuevo símbolo que identifique su presencia en los caminos por los que entrenan. ¿Qué será? A principios de 2023 lo van a poder ver si no hay contratiempos. Como pista decirles que va a pesar más de 4.000 kilos y que servirá para divisar toda la maravillosa bahía almeriense.

Esto en el Poniente. Pero es que en los cerros septentrionales de la provincia también hay un tótem. Concretamente divisando toda la Comarca del Mármol, en lo que se conoce como Cerro Gordo, entre Laroya y Macael. “Cuando vaya por la zona, seguro que iré a visitarlo”, se aventura Juande. Como él, Pepe Cruz un día cogió unos maderos y se puso a tallar este emblema indio. Conforme le iba dando forma a la cara y los ojos, sus amigos Emilio y Andrés le animaron a que lo terminara para instalarlo en un lugar simbólico de la zona, desde el que se divisan las canteras de mármol que han forjado la historia de su comarca: en Cerro Gordo, justo enfrente del Cerro Jotatel, donde próximamente pondrán uno que mire a su hermano menor, que ya lleva más de un año en la sierra.

Son 120 kilos de peso, más las peanas de hierro donde está sujeto para evitar que los fuertes vientos de la zona lo puedan volcar. Todo esto pesa, pero Pepe recuerda con especial inquina “subir a lo alto del cerro el agua y el cemento. ¡Cómo pesaba!”, dice este marmolista macaelense con una sonrisa en su faz, que fue sacando tiempo a diario, quitándole a su familia y su pasión, el deporte, para que Al-Jotatel fuera bañado con champán ya en lo alto de la sierra un 14 de marzo de 2021. Cuando el clima era más agradable y se podía visitar a cualquier hora del día.

Ahora, con el verano ya azotando sin piedad, a los corredores de trail y a los ciclistas les cuesta un poco más subir, pero siguen siendo muchos los vecinos de la comarca los que lo visitan para disfrutar de las preciosas vistas que a diario tiene ante sí Al-Jotatel. “Es una zona muy chula, con un sendero para corredores y ciclistas que merece la pena para los deportistas más intrépidos. El tótem, además, está situado en una zona histórica, puesto que junto a él hay dos canteras centenarias”. Un atractivo más para una comarca que se ha afanado en aprovechar las múltiples bellezas naturales de su entorno y le está sacando mucho provecho turístico y deportivo.

Enix, Felix y Macael-Laroya. En los próximos años seguirá creciendo la familia en las sierras y los parajes naturales de la provincia. Eso sí, tan importante es hacer deporte como hacerlo con cabeza y evitar golpes de calor; tan fundamental es disfrutar de la sierra, como cuidarla y no arrojar basuras o provocar fuegos; tan místico es saludar al tótem a la voz de “Jao” como no deteriorarlo. Artifical, pero es una especie ‘autóctona’ más. Y hecha con mucha cariño.

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