Un policía vigila la descarga de los fardos de hachís en el Puerto de Almería.

La Audiencia Nacional (AN) ha condenado a tres años y seis meses de prisión, y al pago de dos multas de 24 millones de euros, a uno de los tripulantes de nacionalidad Siria del buque mercante 'Assel' que fue interceptado en 2014 en aguas del mar de Alborán con 16 toneladas de hachís disimuladas entre sacos de pienso.

El acusado reconoció en el acto de juicio los hechos que se le atribuían y acepto la pena interesada por el fiscal como autor de un delito de tráfico de drogas después de que el Ministerio Público modificase su escrito de calificación para rebajar la condena interesada inicialmente.

La sentencia, consultada por Europa Press, recoge que se concertó en los primeros meses de 2014 con otras personas que no han sido enjuiciadas para transportar por el Mar Mediterráneo una importante cantidad de hachís en una embarcación tipo mercante de 67 metros de eslora por 9,20 de manga y pabellón de la República de Tanzania.

El objetivo era la ulterior distribución de la referida sustancia en el mercado ilícito de la Unión Europea, con cuya venta esperaban obtener ingentes beneficios económicos.

A tal efecto, siguiendo la ruta previamente establecida para el transporte y el rumbo marcado por el capitán del navío, sobre las 08,20 horas del día 19 de abril de 2014 la embarcación referida navegaba a unas 22,3 millas náuticas de la Isla de Alborán (Almería).

En ese momento, para constatar las informaciones existentes vía inteligencia policial y apoyados por vía aérea por la dotación del avión 'Argos III', las embarcaciones del Servicio de Vigilancia Aduanera 'Alca', con base en Almería, y 'Décimo Aniversario', con base en Málaga, procedieron a su inspección en las zonas de carga y espacios comunes.

Observaron entonces que su bodega "estaba totalmente cargada con sacos de pienso para animales" y que, pese a ello, la sala de máquinas había sido abandonada en su operatividad ya que la misma se estaba inundando, al entrar en ella gran cantidad de agua por las dos tomas marinas existentes.

Así, comprobaron que instantes antes alguien había quitado sus tapas, lo que, ineludiblemente, habría producido el hundimiento del buque, de no haber sido descubierta tal manipulación por los funcionarios actuantes, que inmediatamente procedieron a cerrar ambas vías de agua.

Ante tal contingencia, y ante la sospecha de que la embarcación portara algún tipo de mercancía ilegal cuya presencia se intentara encubrir con el hundimiento del buque, los agentes solicitaron a su capitán que condujera el mismo al puerto de Almería, para una completa y más segura inspección de sus zonas comunes y de carga, a lo que aquél accedió voluntariamente.

Una vez en puerto, el día 20 de abril de 2014, con la autorización del capitán del buque, y a presencia de éste y del resto de la tripulación, entre los que se encontraba el acusado, se comenzó la inspección de las bodegas y de las zonas comunes, descargándose los sacos de pienso.

Al mismo tiempo, se analizaron los planos del buque, comparándolos con los metros reales de la bodega, lo que llevó a determinar que en aquélla, en su parte de proa, existía menos espacio real que el marcado en los planos y que, en consecuencia, podía existir oculto algún lugar prefabricado para disimular en su interior algún tipo de cargamento ilegal.

Por ello, se realizó un minucioso examen de la cubierta, localizando algunas soldaduras disimuladas con la pintura que cubría toda la zona, lo que motivó, ante las sospechas de que allí se ocultaba algo, que se cortara un tramo de chapa, apareciendo debajo de ella un habitáculo hueco en el que se hallaban ocultos 639 fardos de hachís con un peso de 15.959,33 kilogramos y un valor en el mercado ilícito de 23.863.708'89 euros.

La Autoridad Portuaria de Almería sacó en febrero a subasta pública por 155.000 euros el buque 'Assel', que data del año 1990.