Las bajas cotizaciones está llevando a los productores a buscar otras variedades alternativas para mejorar renta, de ahí que una variedad tradicional como el tomate suelto esté yendo a menos. El consumidor está cambiando, y los mercados con ellos. Puede decirse que el campo almeriense tiene poco margen para producir más aún de lo que lo viene haciendo. La filosofía de hacer volumen para obtener mayor rentabilidad ya parece no tener validez y buscar un valor añadido en los productos, diferenciarse, parece la mejor opción junto con seguir por la senda del ecológico.

En esta línea también va la Consejería de Agricultura. "Es necesario un verdadero compromiso de diferenciación" de la producción almeriense a través de la producción ecológica integrada y del control biológico de plagas, explicaba el consejero del ramo, el almeriense Rodrigo Sánchez Haro al finalizar la pasada campaña como mensaje de cara al futuro más inmediato. A lo que unió el objetivo de seguir avanzando en innovación, calidad y promoción. "No podemos bajar la guardia".

Además, el consejero abogó por un mayor equilibrio en la cadena agroalimentaria y una mejor gestión de los residuos, tanto orgánicos como inorgánicos, con la vista puesta en la economía circular y la bioeconomía.

A esto también se le une la necesidad de mejorar las infraestructuras ("no dejaremos de reivindicar el Corredor del Mediterráneo"), solucionar los problemas relacionados con el déficit hídrico y de apostar aún más por el modelo de las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH), sentido en el que anunciaba el pasado 30 de julio del presente año que "a través de las negociaciones de la nueva reforma de la Política Agrícola Común (PAC) defenderemos la continuidad del apoyo a los programas operativos" de estas entidades cruciales para Almería.