Almería

‘Alerta roja’ entre miles de trabajadores a causa del calor

  • Los golpes de calor y el ‘estrés térmico’, principales patologías relacionadas con el verano

  • El consumo de agua y la protección de la piel, remedios imprescindibles

Nuria Mesas remedia el calor bebiendo agua en su puesto del mercadillo.

Nuria Mesas remedia el calor bebiendo agua en su puesto del mercadillo. / Javier Alonso

No ha llegado el mes de agosto y las alertas por altas temperaturas, establecidas por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), han visitado la provincia en varias ocasiones durante las últimas semanas, un suceso poco habitual en estas fechas. El cobijo del hogar y el aire acondicionado, para los más privilegiados, son los remedios habituales en estas jornadas de temperaturas que rondan los 40 grados. Sin embargo, a algunos no les queda otra que enfrentarse cara a cara con el sol y el calor sofocante. Albañiles, vendedores ambulantes, operarios de limpieza, socorristas y un largo etcétera. Infinidad de trabajadores sufren a diario las consecuencias físicas y mentales de estas temperaturas.

En verano, algunas empresas fijan la jornada intensiva con objeto de evitar que los trabajadores estén expuestos al sol durante el menor tiempo posible. Esta decisión empezó a desarrollarse en el año 2003, cuando se estima que una ola de calor acabó con la vida de más de 10.000 personas en España. Además, varios estudios han corroborado que el rendimiento es un 70% más bajo a partir de las dos de la tarde - tras el almuerzo - en época estival. Asimismo, las altas temperaturas multiplican de forma exponencial el riesgo de sufrir golpes de calor u otras patologías relacionadas con este fenómeno. Durante el pasado verano, un total de 93 casos de urgencias fueron atendidos por los servicios de asistencia hospitalaria y Atención Primaria presentando esta sintomatología en la provincia. Además, Salud Responde registró un total 1.191 pacientes en riesgo ante temperaturas extremas. En estas personas el riesgo se multiplica, generando complicaciones que pueden llevarles hasta problemas de gravedad. En Granada, un hombre de 85 años falleció ayer a causa de una excesiva exposición al sol. Este anciano es la octava víctima de lo que va de verano en España debido a las altas temperaturas.

La sobrexposición puede causar diferentes efectos sobre la salud tales como edemas en las extremidades, erupciones en la piel, calambres musculares, quemaduras, agotamiento, deshidratación, etc. No obstante, la sintomatología que indica que se puede estar sufriendo un golpe de calor conlleva un ascenso de la temperatura corporal, superando los 40,6 ºC (siendo mortal entre el 15% y el 25% de los casos), taquicardia, respiración rápida, cefalea, náuseas o vómitos. Asimismo, los síntomas corporales a nivel externo son la piel seca y caliente y la ausencia de sudoración.Otro de los riesgos que padecen los trabajadores que se exponen al calor es el denominado “estrés térmico”. Se trata de una sensación de malestar general que se puede sufrir por la permanencia y la realización de grandes esfuerzos en un ambiente caluroso y que puede provocar graves consecuencias a largo plazo. En este sentido, las personas que trabajan en espacios interiores como cocinas, panaderías o grandes focos industriales de calor también pueden sufrirlo.

Para intentar sobrellevar de la mejor manera posible el calor y la radiación solar, desde la Organización Mundial de la Salud recomiendan proteger la piel en las horas de mayor radiación solar - de diez de la mañana a tres de la tarde - mediante filtros solares aplicados sobre la cara, cuello y antebrazos con un producto de factor de protección solar cada dos horas. También es recomendable el uso de una ropa adecuada que proteja la mayor superficie del cuerpo posible, así como de una gorra o sombrero para la cabeza. Asimismo, se debe realizar un consumo regular de agua - en torno a un litro - para evitar la deshidratación.

Durante las jornadas de alerta por altas temperaturas las precauciones deben de ser máximas ante los riesgos que pueden poner en jaque la salud de los trabajadores. La provincia no está acostumbrada a jornadas de calor tan extremo, por lo que el peligro es doble. La Agencia Estatal de Meteorología no había incluido a la provincia en tantas ocasiones entre las zonas en alerta por altas temperaturas en el mes de julio. La situación se agravará durante el fin de semana, cuando el calor no será tan sofocante en el resto del país a excepción de Almería, que continuará señalada.

Los trabajadores que se ven obligados a los ambientes calurosos y al sol son lo que corren un mayor riesgo en estas fechas, haciendo especial hincapié en las personas que han sido identificadas como población de riesgo. En Almería son miles los empleados de diversas profesiones que lidian con el calor a diario. En el día de ayer, los comerciantes del mercadillo situado en el barrio de la Plaza de Toros intentaban remediar temperaturas superiores a los 35 grados con agua fría, protector solar y mucho coraje. La mayoría de estos trabajadores han vivido padeciendo el calor durante su jornada laboral. Sin embargo, la experiencia no elimina riesgo alguno.

Dos operarios de limpieza durante su turno de trabajo. Dos operarios de limpieza durante su turno de trabajo.

Dos operarios de limpieza durante su turno de trabajo. / Javier Alonso

Francisco Daniel Lópey y José Luis Fernández son operarios de limpieza desde hace dos años. Ambos portan gorra y guardan varias botellas de agua fría en el carro. Aseguran conocer a compañeros que han sufrido golpes de calor durante sus turnos, “sobre todo personas mayores”. Ellos trabajan en el turno de mañana, de seis de la madrugada a doce del mediodía, pero explican que sus compañeros del turno de tarde “sufren mucho más por el calor”.

El primer puesto del mercadillo, junto a la calle Belén, es el de Nuria Mesas. Agradece el calor, dice, “porque el viento y la lluvia se llevan por delante los puestos”. No obstante, subraya que algunos recintos abiertos en los que instala su puesto “son horribles”. Sus artículos de moda atraen a los clientes, pero a partir de las 12 del mediodía asegura que “nadie viene”. Nuria no empieza a recoger hasta más tarde, porque, según esta comerciante, “los turistas vienen más tarde”.

Juan José es más joven, pero también sufre las altas temperaturas en su puesto de ropa de cama. También ha percibido una menor afluencia de clientes en estos meses y apunta que “es normal”. Junto a su puesto encontramos el que regenta Montse, que, junto a dos clientas, asegura que trabajar bajo el calor “es una lucha diaria”. Esta comerciante también echa mano del agua fría para hidratarse durante la jornada. María Ángeles Godoy, clienta de este puesto de ropa, reconoce que le gusta “evitar el calor” y destaca que “para los trabajadores es muy duro”.

Manuel Cortés regenta un puesto de ropa de mujer en el mercadillo. Manuel Cortés regenta un puesto de ropa de mujer en el mercadillo.

Manuel Cortés regenta un puesto de ropa de mujer en el mercadillo. / Javier Alonso

Uno de los comerciantes más longevos del mercadillo es Manuel Cortés, quien explica que “la clientela habitual está en los pueblos y en la playa en estas fechas. Asimismo, explica que “las condiciones en las que se trabaja no merecen la pena porque la situación empeora cada día”. Esta opinión la comparte Arturo, vendedor de fruta, un producto pierde margen de conservación debido al calor. Este joven subraya que “en verano descienden tanto las ventas como la calidad, por lo que tenemos que bajar el precio.

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