Andalucía recibe una lluvia de miles de euros. En concreto, la localidad malagueña de Ronda cuenta, a día de hoy, con un vecino afortunado cuyo boleto sellado ha dejado en sus arcas  un total de 72.589,21 euros por un premio de segunda categoría (cinco aciertos más el complementario) obtenido en el sorteo de la Lotería Primitiva celebrado el jueves 1 de octubre.

La ciudad soñada se ha levantado con un golpe de suerte en plena crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus. Entre su profundo desfiladero y sobre el Puente Nuevo la fortuna se ha abierto paso hasta la  administración de loterías número 4 situada en la calle Molino de este idílico rincón malagueño.

Loterías y Apuestas del Estado ha sido la encargada de dar la buena nueva. Además, al no existir boletos acertantes de categoría especial, con seis aciertos más el reintegro (de primera categoría, seis aciertos, sí existe uno que ha sido validado en Segovia), con el bote generado que se pondrá en juego en el próximo sorteo de la Primitiva un único acertante de primera categoría con categoría especial podría ganar la friolera de 4.300.000 millones de euros.

En los tiempos que corren un poco de suerte no viene nada mal y más si es de las buenas, de las que uno puede fiarse. La persona agraciada y tocada con la varita de la fortuna consiguió acertar la combinación ganadora formada por los números 4, 41, 10, 25, 6 y 29, con el 19 como número complementario y el 8 como reintegro. La recaudación del sorteo ascendió a 11.828.917 euros. 

Segundo premio de la Lotería Nacional en Málaga y Granada

Por si fuera poco, el segundo premio de la Lotería Nacional ha tocado en Málaga y Granada, en este caso, en la calle Gaucín. El afortunado obtuvo un boleto con el número 50.067 dotado nada más y nada menos con 60.000 euros. El décimo agraciado se han vendido también en el despacho receptor número 37.145 de la capital granadina. 

Andalucía vive tiempos de incertidumbre en los que el baluarte del turismo vive las horas más bajas que se conocen en años. Además, el paro y la pobreza hastían a una población que, al menos, tiene alegrías de las que más gustan, de esas que vienen sin esperarlas y que ayudan en cierta medida a seguir adelante en estos momentos tan complicados que le ha tocado vivir a esta tierra.