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La ciudad donde empieza todo

  • Además de una naturaleza imponente, Huelva alberga los restos de su remoto pasado como ciudad más antigua de occidente y un curioso e impresionante legado británico

Puesta de sol en el Muelle de la Compañía de Riotinto, conocido como ‘Muelle del Tinto’.

Puesta de sol en el Muelle de la Compañía de Riotinto, conocido como ‘Muelle del Tinto’. / Alberto Domínguez

Lo que son las cosas. Dice la RAE, en la primera acepción de su diccionario para la palabra ‘original’, que el término se refiere a todo aquello “perteneciente o relativo al origen”, al principio de algo antiguo, primigenio, pero lo más curioso es que algo ‘original’ es también “aquello que tiene, en sí o en sus obras o comportamiento, carácter de novedad”. Probablemente por eso Huelva es un destino tan especial para visitar: porque es tan antigua, tan primigenia y a la vez tan desconocida que el viajero siempre encuentra algo nuevo de lo que sorprenderse. Una ruta en kayak o un café junto a la ría, una puesta de sol, un viejo palacio, una casa encantada, un santuario, una historia de espías y otra de cazadores de piratas, fútbol, gastronomía… Si fuera posible enumerar en unas pocas páginas los miles de motivos con los que sorprenderse en Huelva, esta sería sin duda la guía perfecta, pero el espacio obliga, así que lo mejor será tratar de resumirlo y, como en todo, empezar desde el principio.

Huelva ya era ciudad cuando no había ciudades. Cuando, desde las lejanas tierras del Mediterráneo oriental, llegaron los fenicios, que habían sido enviados por el Oráculo del templo de Melqart, el más grande e importante de Tiro, para fundar nuevas colonias más allá de las Columnas de Heracles bajo promesa de grandes riquezas y tiempos de prosperidad. El oráculo los atrajo y el brillo del metal los mantuvo, y durante siglos hicieron de Huelva el puerto natural desde el que embarcaban y desembarcaban todo tipo de mercancía, hasta que acabaron formando, junto con los primeros habitantes de la ciudad, la civilización más antigua de occidente: Tartesos. De aquello hace 3.000 años, y aún hoy se conservan huellas de este viejo pasado: los restos del muro fenicio de San Pedro o los del puerto tartésico del antiguo edificio de Hacienda (hoy en proceso de recuperación y restauración) atestiguan aquella presencia en una ciudad que ha seguido siendo, de forma permanente, habitada por las más grandes civilizaciones de la historia occidental: turdetanos, griegos, romanos, godos, árabes… De todas ellas se mantiene algún recuerdo, algún tesoro, como los restos islámicos de la isla de Saltés, las murallas y el acueducto romano, la antigua necrópolis o la ‘Fuente Vieja’, que dan buena cuenta de la milenaria historia de una ciudad que, sin duda, está marcada, por su relevancia y por la permanencia de su legado, por la presencia británica.

Desde mediados del siglo XIX la influencia inglesa en la provincia de Huelva impactó profundamente en la economía y la vida social del sur de Andalucía. Las industrias mineras atrajeron numerosas inversiones que acompañaron la llegada de obreros, técnicos y profesionales que terminaron de configurar la fisonomía de gran parte de lo que hoy es la capital de la provincia, con auténticos tesoros que atestiguan su trascendental presencia, entre los que sin duda destaca el que ya es un símbolo de la ciudad: el Muelle de la Compañía de Riotinto, un hito patrimonial de Huelva declarado Bien de Interés Cultural y que se puede disfrutar de forma gratuita en un recorrido con espectaculares vistas de la Ría y las marismas, sobre todo en las horas del atardecer, con puestas de sol antológicas que, probablemente, sean las más fotografiadas de toda la provincia. Otro elemento simbólico para la ciudad de Huelva es el Muelle de Tharsis, una muestra del diseño y la tecnología de vanguardia europea de finales del siglo XIX en materia de ingeniería civil ubicado en el corazón de la Ría de Huelva y cuya característica silueta puede admirarse desde distintos puntos de la ciudad. Otro tesoro: el barrio Reina Victoria. Recorrer sus calles es como trasladarse en el tiempo hasta el siglo XIX. Conocido popularmente por los onubenses como el ‘Barrio Obrero’,  este coqueto residencial se construyó para los trabajadores de la empresa minera en la ciudad. Declarado Conjunto Histórico, presenta un curioso y variado aspecto estético. A mediados del siglo XIX, Huelva experimentaba el mayor auge de su historia, y es entonces cuando se decide construir un hotel de lujo para dar alojamiento a altos directivos de las distintas compañías que operaban en la cuenca minera y se pone en pie el impresionante Hotel Colón. Hoy, conocida como Casa Colón, incluye edificios administrativos y el palacio de congresos de la ciudad, un auditorio y un centro de exposiciones, y es completamente visitable. Fue en el Hotel Colón donde se fundó, en 1889, el Real Club Recreativo de Huelva, el Decano del fútbol español, cuya increíble historia puede conocerse en el Museo que el club tiene en su estadio, el Nuevo Colombino.

Hablando de museos, Huelva, como ciudad rica en historia y cultura, alberga una amplia variedad de espacios donde descubrir su fascinante patrimonio. El Museo Provincial es uno de los más emblemáticos, ya que alberga una amplia colección que abarca desde arqueología y bellas artes hasta etnografía y ciencias naturales, con piezas milenarias que constituyen tesoros en sí mismos, como las figuras fenicias de Reshef y Anat o las armas de bronce halladas en la ría de Huelva en los años 20 del siglo pasado. Además, en la ciudad se encuentran el Centro de la Comunicación Jesús Hermida, el primero dedicado a los medios de comunicación en España.