Salir al cine

El amor como campo de batalla

  • Se estrena en un pase único la flamante copia restaurada en 4K de 'L'amour fou' (1969), uno de los filmes más importantes y menos vistos de la 'nouvelle vague' protagonizado por Bulle Ogier. 

La distribuidora independiente Atalante no deja de sorprendernos en su labor casi suicida de recuperación para el estreno en salas de títulos esenciales del cine clásico y moderno en versiones restauradas en 4K. A filmes como La sangre, de Pedro Costa, Suzhou River, de Lou Ye, Not a pretty picture, de Martha Coolidge, y Las hermanas Munekata, de Ozu, o ciclos como el dedicado al cineasta portugués Paulo Rocha, se suma ahora una nueva trilogía protagonizada por la actriz francesa Bulle Ogier en su esencial colaboración con Jacques Rivette (L’amour fou, Los locos viajes de Céline y Julie, Le pont du Nord), sin duda el menos difundido y conocido de los grandes cineastas  de la nouvelle vague, también el más difícil de (re)poner en circulación debido a la larga duración de muchas de sus películas y el carácter híbrido y abierto de sus propuestas.

Es el caso de L’amour fou (1969), recuperada ahora tras quemarse su negativo original, la cinta con la que, tras La Religiosa, el director de La bella mentirosa y Vete a saber se abría a una nueva y radical forma de trabajo desembarazándose de la maquinaria y los modos de los rodajes convencionales para abrirse a la experimentación (se usaron dos cámaras de 16 y 35 mm y un blanco y negro con mucho grano), el registro documental a lo cinéma-verité, la improvisación y los puentes de ida y vuelta entre realidad y ficción.

La crisis de una pareja expuesta con pasión, crudeza y violencia se entrecruza aquí con el proceso de montaje de una pieza teatral (Andrómaca, la tragedia de Jean Racine) que a su vez está siendo objeto de un documental para la televisión. Rivette desdobla su relato y lo hace espejear sobre el drama y el trabajo como proceso colectivo, cuestionando la propia autoría o el concepto de dirección, también los métodos de puesta en escena y los modos interpretativos al uso, a los que se pretende aquí despojar de todo psicologismo. Ogier y Jean-Pierre Kalfon dinamitan las fronteras de la intimidad, se juegan el tipo y se dejan literalmente la piel en la batalla entre el deseo, los celos, la libertad, el juego y la autodestrucción, y el espacio también se desdobla entre los ensayos en el escenario desnudo y los apartamentos y cafés parisinos en el clima previo al mayo del 68, testigos de un desgaste dilatado hasta el límite de lo exasperante en busca una vez más ese correlato entre vida, trabajo y cine que expone al espectador a una experiencia que ha de compartirse con la de los propios protagonistas. Estructurada musicalmente a la manera de una misa en cinco cánticos, L’amour fou no hace concesiones en su búsqueda de un nuevo cine para el presente y el futuro.  

 > ‘L’Amour fou’ se proyecta en un pase único hoy jueves en Cines Avenida a las 19:30h. con presentación de Clara Sanz.

John Williams en la casa de Seiji Ozawa

El veterano sello alemán Deutsche Grammophon ha encontrado en las giras mundiales del nonagenario maestro John Williams un nuevo filón discográfico en plena redefinición de su catálogo hacia una vertiente más popular en plena crisis del sector.

A las referencias previas con Gustavo Dudamel al frente de la Filarmónica de Los Ángeles, con Anne Sophie-Mutter como solista y sendas selecciones de sus memorables conciertos europeos en Berlín (2021) y Viena (2022), se une ahora este nuevo registro grabado en septiembre de 2023 en el Suntory Hall de Tokyo junto a la Saito Kinen Orchestra creada por el recientemente fallecido y buen amigo del compositor Seiji Ozawa (1935-2024), con un repertorio estelar bastante parecido al de ocasiones anteriores, a saber, piezas, suites y temas de Superman, las primeras entregas de Harry Potter, los episodios IV (Una nueva esperanza), V (El imperio contraataca) y VIII (Los últimos Jedi) de Star Wars, La lista de Schindler y la popular marcha de Indiana Jones y el Arca Perdida.

Tan sólo una novedad en el programa como reclamo para coleccionistas de rarezas, Tributes! (1999), especialmente dedicada a Ozawa y en este caso bajo la batuta de Stéphane Denève, todo un compendio de la reconocible escritura y el esplendoroso colorido orquestal marca de la casa. 

Morricone: temas y variaciones de cámara

Dos nuevas referencias discográficas confirman la vitalidad del legado morriconiano en nuevas versiones en formato de cámara o banda de jazz.

En Absolutely Morricone Vol. II (Da Vinci Classics), la pianista Gilda Buttà, el flautista Paolo Zampini y el violonchelista Luca Pincini, habituales de las grabaciones del compositor desde los años 90, adaptan para dúos o solos un repertorio donde caben Cinema paradiso, Bugsy, los filmes de Leone, La misión o piezas autónomas de vanguardia como Cadenza, para flauta y cinta magnética.

En Ennio (ACT), el armonicista Grégoire Maret y el pianista Romain Collin lideran una banda jazzística que, con arreglos libres y personales, recorre el repertorio clásico con incursiones en sus canciones pop como Se telefonando, interpretada por Gregory Porter y Cassandra Wilson. Dados los solistas, no podía faltar aquí una extraordinaria y atmosférica versión de El hombre de la armónica.