UD ALMERÍA 2-3 SD PONFERRADINA | El Acta de Vivancos

Castigados de cara a la pizarra

Juan Muñoz, autor del 2-3, pugna por un balón aéreo

Juan Muñoz, autor del 2-3, pugna por un balón aéreo / Javier Alonso (Almería)

Tarea para Navidad: visionar un partido detrás de otro de la Premier League. Sin parar, como los niños que escriben en la pizarra una frase quinientas veces. Es para que los de José María Gutiérrez se enteren, y de paso el mismo técnico, de lo que es jugar con intensidad, con brío, con decisión, en vez de intentar vencer al amparo de cuatro destellos, a verlas venir, como si esta categoría fuera de Walt Disney, como si se hubiesen reservado para otro partido cercano. Se puede ganar, perder o empatar, pero nunca así.

A colación de tanta reserva, José María Gutiérrez quiso disimular su lunar en el once inicial alegando acerca del concurso de Maras en la eliminatoria de Copa. O sea, un central joven, que por su posición tiende a correr menos que otros compañeros y que últimamente no estaba jugando demasiado, se le da descanso no vaya a agotarse. Me suena a cuento de hadas, no a un juego rudo. Menuda excusa del técnico almeriense en rueda de prensa.

El resultado se vio a las claras, sobre todo el regalo, uno más, del primer tanto visitante. Jonathan es más carrilero que defensa, de cárcel deportiva su despeje de cabeza hacía el corazón de su propia área. Y Maras, descansando en el banquillo. Además, el rival tenía más miedo que un americano en Corea del Norte, ni siquiera presionaba en espera de capear el temporal que en teoría se le venía encima. Al comprobar los de Bolo que las hostilidades era mínimas, comenzaron a salir de la cueva.

El resto de la historia fue un querer y no poder cuando ya apenas existía solución alguna. Da pena ver a un plantel de calidad que no quiera aprovechar el don del que gozan varios de sus integrantes. Parecía como si supiera la mayoría de los de José María Gutiérrez de las dificultades económicas del dueño de la entidad almeriense para efectuar fichajes y permutas en el inminente mercado de invierno.

Quizá, mirando el lado positivo, no haya venido mal esta derrota y sobre todo la referida actitud, para apuntalar una plantilla que continúa en ascenso directo, pero que debe sentir el aliento del compañero, la competitividad por jugar, por triunfar y por ganar todo el dinero posible como privilegiados que son, con respecto al resto de los trabajadores. Difícil de olvidar fue la jugada del penalti foráneo.

Owona, al que sí se le vio fatigado al no poder aguantar la carrera de un jugador cercano a los 40 años, que además conducía el esférico, cometió un penalti evitable que el gran guardameta Fernando logró atajar. Sin penalti o sin la suerte de Yuri en el rechazo, el final de la película podría haber sido otro.

Por cierto, deleznable la actitud provocadora de un payaso futbolístico como Yuri, quizá más acostumbrado a duelos de bajo postín. Pese a todo, se cierra el ecuador de la competición con la UDA en ascenso directo, en solitario. Y es que todas las críticas de esta triste despedida navideña entroncan con la demanda a nivel combativo que se le exige a unos jugadores que pueden dar más de sí, aun estando en posiciones de privilegio.

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