At osasuna-ud almería

Defensa de once (0-1)

  • Seriedad, madurez e inteligencia para lograr una victoria que saca momentáneamente a los rojiblancos del descenso. El equipo se vació en el esfuerzo y tuvo en Esteban a su pilar.

A los dos parones previos había llegado el Almería con ansiedad después de cosechar sendas derrotas. Con un poco más de tranquilidad y confianza gracias a las victorias previas, los de Francisco querían ver los amistosos de España por fin con el deber cumplido. Además, tenían en su mano salir de descenso, pero para ello tenían que sumar tres puntos en un estadio en el que nunca habían ganado, precisamente ante el técnico que los ascendió.

Tal y como se había vaticinado a lo largo de la semana, Francisco salió con defensa de cinco para frenar el poderío por alto de Osasuna. No se habían cumplido ni dos minutos cuando Osasuna puso dos centros al corazón del área que obligaron a Esteban a hacer las primeras intervenciones salvadoras, lo que repitió a lanzamiento de Cejudo. Era un partido para pocas florituras y mucha brega. El Almería quiso impregnarse del espíritu local: se olvidó de complicarse la vida con y optó por un juego más directo. Si el meta asturiano había entrado cien por cien concentrado, su homólogo osasunista aún estaba frío al cuarto de hora, cuando sus manos se doblaron a saque de esquina de Dubarbier y Rodri aprovechó el regalo. Los celestes le habían dado a probar su propia medicina a los rojillos y les estaba costando asimilarla.

Si en la primera parte de Valencia el experimentos de tres centrales no le salió muy bien, ayer Pelle, Torsi y Trujillo sí que estaban cerrando espacios y ganando la partida con cierta holgura. Osasuna tenía más el balón y llegaba hasta tres cuartos de campo, pero ahí se quedaba sin ideas. Era más sensación de agobio que de peligro real, algo que sí llevó Aleix Vidal en una gran internada en solitario, pero su disparo se marchó alto. Cuando Mateu se llevó el silbato a la boca para pitar el descanso, Esteban tuvo que sacar de nuevo una mano imposible para evitar que un mal despeje de Pelle supusiera el empate. Reflejos de gato asturiano.

Por las muchas pérdidas locales en tres cuartos y gracias a la buena situación defensiva, al equipo no le molestaba el dominio rojillo en busca de contras. Pero ésta se complicaban porque hasta Rodri estaba defendiendo como un león y sus compañeros se habían parapetado atrás. Osasuna mareaba la perdiz y aunque Gracia sacó a Núñez y José García para jugar entre líneas, tan sólo se acercaba a base de balones parados. Un cabezazo de Riera también se encontró con la manopla y palomita de Esteban.

Pese al cansancio y los nervios que siempre dan los últimos minutos, el Almería trató de mantener el balón y que Osasuna gastara las fuerzas que le quedaban. Tal era la desesperación local por no poder meterle mano a un equipo que defendía con uñas y dientes, que Andrés subió y remató el último córner. Pero el triunfo, justo triunfo, cayó para el conjunto más inteligente y esta mañana vuela en chárter hasta Almería.

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