Francisco ya es profeta en su tierra con todas las de la ley y por méritos propios. El técnico almeriense certificaba ayer una salvación milagrosa por la humildad del proyecto: "Esto es como un ascenso para nosotros. Hemos sufrido muchísimo, pero al final lo hemos logrado", decía entre sollozos poco antes de ser manteado sobre el césped por una afición que lo adora.

"Es difícil explicar con palabras lo que se siente", continuaba después en la sala de prensa. "Vuelvo a sentir lo que sentí el año del ascenso con Unai. Te olvidas de los malos momentos y quieres disfrutar con tu afición. Valoro el trabajo que nos ha dado este premio y sentimos una inmensa alegría por estar un año más en Primera".

Para el artífice de la proeza la clave ha estado en que siempre fueron realistas: "Éramos conscientes de las dificultades y siempre hemos sido realistas, desde que perdimos con el Villarreal hasta que le ganamos al Granada. Por eso estamos aquí, ya que casi todos los equipos eran superiores a nosotros en cuanto a calidad, pero ser humildes nos ha dado el premio merecido por la confianza absoluta en ello. Felicito a todo el vestuario y a nuestra gente por el baño de masas que nos han dado".

Francisco relataba luego cómo se había vivido el largo descanso: "Todo estaba en contra, Osasuna, Getafe y Granada iban ganado, por lo que perder nos complicaba mucho la vida, pero nosotros éramos los que nos la jugábamos y hemos tenido que correr mucho para evitar ocasiones, aunque Esteban nos ha salvado al final para irse con la gloria que merece. Hemos pasado situaciones dramáticas, pero con unión y confianza hemos permanecido".

Ahora toca pensar en el futuro: "Casi no he tenido tiempo para ello y toca celebrar. Estoy orgulloso de seguir en Primera y la decisión no es mía. Lo bueno es que esta ciudad volverá a tener fútbol de Primera".