Liga bbva

Jugando así no se desciende (2-0)

  • Buen partido del Almería en Vallecas, donde cae lastrado por un mal arranque El segundo tanto rayista, de Miku, en fuera de juego.

Al Almería le pesó como una losa su mal arranque de partido en Vallecas, de donde no pudo sacar un resultado positivo pese a haber contraído méritos suficientes para ello. El equipo sigue por tanto en una posición complicada de la tabla, pero jugando con la fe que le puso ayer es difícil que acabe descendiendo, independientemente del calendario que tenga por delante. Esa es la noticia positiva que se extrae de la visita a una comunidad, la madrileña, donde la UDA aún no ha sido capaz de ganar en Liga, ya sea a Rayo, Getafe, Atlético o Real. 

Sergi, tal y como había insinuado en la previa, apostó por reforzar el centro del campo para contrarrestar la posesión de balón rayista dando entrada a Azeez en el doble pivote junto a Corona y adelantando a Thomas para que ejerciese de Soriano. El primer movimiento le salió bien, ya que el nigeriano respondió con nota; el segundo le falló, pues al ghanés se le vio perdido como enganche. 

Durante los primeros compases de partido el Rayo ejerció una presión asfixiante en todas las líneas que atenazó en cierto modo al Almería. Una imagen a los 16 minutos de partido lo decía todo: Thievy intentando marcharse por la banda rodeado por hasta cuatro contrarios. 

Con el orgullo herido tras el 6-1 en Balaídos, los locales salieron metidos desde el primer minuto y pudo observarse que Jémez tenía perfectamente estudiado al adversario al volcar todos los ataques por su flanco débil, el de Dubarbier, que se vio una vez más apurado para contener las acometidas de Kakuta recibiendo esta vez escasa ayuda de un gris Espinosa, pese a la incuestionable entrega del lateral argentino. 

Con esos visos el primer tanto franjirrojo era cuestión de tiempo y no tardó en llegar. Se produjo tras el despeje de un córner, cuando la zaga unionista salía dejando el segundo palo completamente desprotegido. El rebote le cayó a Zé Castro en el lateral, se zafó de dos rivales con una facilidad pasmosa y centró para que el otro central, Amaya, cabeceara a la red libre de marca mientra Dos Santos se quejaba infructuosamente de estar solo para defenderlo a él y a Manucho. 

El Almería se entonó a raíz del gol y empezó a desquitarse el dominio local con un disparo lejano de Ximo Navarro repelido por Toño, pero las bandas seguían inactivas y ni Wellington ni Espinosa entraban en juego para crear peligro. Hasta la media hora no apareció el brasileño para culminar con un centro al área la mejor jugada colectiva de los rojiblancos en el primer acto, bien elaborada desde atrás, y reclamarle después un penalti inexistente a Fatau, librándose de una amonestación por piscinazo que le hubiera privado de jugar frente al Eibar. 

Mejor arranque tuvieron los de Sergi en la segunda mitad, dispuestos a rascar al menos un empate a domicilio. Una buena triangulación entre Azeez, Dubarbier y Thievy la culminaba Thomas con un disparo manso. 

Entonces llegó el carrusel de penaltis no pitados. En el 49' Nacho arroya a Dubarbier en el área sin que Gil Manzano estime nada punible, en el 53' es Thievy quien reclama pena máxima por derribo de Zé Castro y en el 59' es el Rayo el que pide los once metros por mano de Dubarbier, si bien parece ser Rubén quien despeja el balón con la manopla. 

El Almería se hacía acreedor cuando menos del empate con un disparo raso de Thievy que obligó a Toño a tirar de reflejos y un cabezazo alto de Zongo, pero el Rayo iba a sacar tajada de un rival volcado y con defensa de tres efectivos en la recta final. Manucho, Miku y Pozuelo se toparon con Rubén, pero el venezolano hizo el 2-0 final a pase de Kakuta en claro fuera de juego. No vale la pena quejarse, mejor pensar ya en el Eibar.

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